Millones de etíopes enfrentan la peor sequía en treinta años y pasan hambre
En una parte lejana del mundo, se vive la tragedia de siempre: hambre. El asunto lo ha puesto en vitrina el diario francés Le Monde, luego de que en enero, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijera que Etiopía enfrenta su peor sequía en treinta años. Esta hambruna desmedida la ha causado, en parte, el fenómeno El Niño, y en mayor parte, las deshumanizada humanidad.
En una parte lejana del mundo, se vive la tragedia de siempre: hambre. El asunto lo ha puesto en vitrina el diario francés Le Monde, luego de que en enero, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijera que Etiopía enfrenta su peor sequía en treinta años. Esta hambruna desmedida la ha causado, en parte, el fenómeno El Niño, y en mayor parte, las deshumanizada humanidad.
En Etiopía, tierra de grandes atletas y de grandes catástrofes que avergonzarían a cualquier especia, si esta tuviera un poco de inteligencia, hay 14 millones de personas hambrientas. Hambrientas y delgadísimas porque su organismo, al encontrar el estómago vacío, se alimenta de los músculos.
Pero he aquí que hay esperanza. Stéphanie Savariaud, portavoz del programa alimentario mundial (PAM) para África del Este, habló con Le Monde y le dijo a Le Monde: “Podemos aún evitar una situación extrema”.
En Etiopía, tierra de grandes atletas y de grandes catástrofes que avergonzarían a cualquier especia, si esta tuviera un poco de inteligencia, hay 14 millones de personas hambrientas. Hambrientas y delgadísimas porque su organismo, al encontrar el estómago vacío, se alimenta de los músculos.
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Es una entrevista. El entrevistador es el periodista Pierre Lepidi. A Lepidi, Savariaud le ha contado que necesitan plata para mantener las operaciones del PAM en el lugar, sino tendrán que retirarse a fines de abril y dejar morir (por es eso) a miles de mujeres y niños. “El PAM, con el Gobierno etíope, deben aportar ayuda a más de 7.5 millones, porque 2.5 millones son asistidos por ONG”, dice Savariaud.
Para continuar con la distribución de alimentos, el PAM necesita US$350 millones para que los desgraciados etíopes aguanten hasta que la temporada de escases termine. En ciertas partes de África, como en el desierto del Sahel, los agricultores solo cuentan con unos meses para producir. El resto del año deben sobrevivir.
Stéphanie Savariaud comenta que esta situación no es nueva. Es el eterno retorno en el lugar. Pero esta vez, dice, a diferencia de noviembre del 2015, “estamos en una situación en la que podemos reaccionar antes de una catástrofe".
Las regiones más afectadas son las que viven de la ganadería y de la agricultura. Los animales se mueren y las pérdidas de las cosechas, afirma Savariaud, llegan hasta el 80%, y el consecuente aumento de precio de lo que se produce poco.
¿Qué es lo que se conseguirá con los US$350 millones que necesita la PAM? No pasar de una situación de “malnutrición moderada” a una de “malnutrición severa”, explica Savariaud. Hablamos de millones.
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