Inversis ha ofrecido su visión global y regional del actual escenario macroeconómico en base al cual prepara su estrategia de inversión para el primer trimestre de 2023.
Así, de la mano de su estratega jefe macroeconómico, Ignacio Muñoz-Alonso, la entidad ha destacado que tanto los mercados como la economía global estarían entrando en un punto de inflexión, con la aparición de los primeros indicios que apuntan a una normalización, aunque sin poder descartar todavía la llegada de nuevas turbulencias. En este contexto, Inversis prevé una contracción de la economía menor de lo esperado, del 1.7% para 2023.
Al ser esta una desaceleración provocada por los bancos centrales, los expertos de la entidad descartan que se vaya a producir una recesión profunda y duradera ya que todo apunta a que podrá ser gestionada por los propios bancos centrales.
A pesar de que algunas economías como la de la zona euro podría haber entrado ya en territorio negativo o que lo pueda hacer EEUU el próximo trimestre, la previsión es que las principales zonas económicas del planeta puedan cerrar el conjunto del año en positivo.
ESTRATEGIA DE ASIGNACIÓN DE ACTIVOS
En renta fija, las expectativas de moderación de los bancos centrales hacen atractivos de nuevo los bonos soberanos con un aporte positivo a la diversificación de carteras y retornos moderados en 2023 si se confirma el enfriamiento de la inflación. Las curvas de tipos actuales invitan a tomar posiciones en corto plazo, disminuyendo duración.
En cuanto a renta variable, aún es demasiado pronto para anticipar tendencias, aunque los mercados de acciones parecen mostrar un tono más constructivo con algunos titubeos en el arranque de 2023.
Hay sensación de que lo peor ya ha pasado, de que el riesgo de recesión persiste, pero controlado, y que se está produciendo una ralentización de rotación de carteras hacia la renta fija. Con este escenario, las estimaciones de rentabilidad se presentan en general con ganancias moderadas para 2023.
A nivel sectorial, Inversis apuesta por deshacer a corto plazo posiciones en sectores ganadores del periodo COVID, como tecnología, energía y salud y posicionarse en sectores defensivos proclives a crecer en los próximos trimestres como el consumo básico o utilities, y también en aquellos que pueden trasladar precios a márgenes, como servicios de consumo, hostelería y turismo.
PREVISIONES ECONÓMICAS
La economía de EEUU sigue dando muestra de resistencia más allá de lo esperado y apunta a un crecimiento del 0,5% a final de año ayudado por una tasa de desempleo en mínimos, y la resistencia del consumo de servicios. El crecimiento de los salarios se sitúa como motor de la subida de la inflación subyacente y, por tanto, prioridad de la FED.
Aun así, todo apunta a que la inflación habría tocado techo en junio y la tendencia general apunta a una moderación de los precios con un IPC que podría moverse entre el 3 y el 3,5% a cierre de 2023.
En Europa, la actividad se contraerá, pero de una manera menos intensa y duradera de lo inicialmente previsto. Todo apunta a un cierre de año en tablas, con un crecimiento del 0% de PIB.
La energía, en especial el gas y la electricidad, y la demanda interna marcarán el ritmo de la inflación que seguirá al alza durante los primeros meses del año con una previsión de moderación para la segunda mitad del ejercicio que podría finalizar en el 6.3%. La inflación subyacente también continuará aumentando impulsada por los alimentos y los salarios hasta superar el 4%.
En el caso de China, el fin de las políticas de Covid cero impulsarán su PIB hasta el 4.3% este año. La reapertura de la economía del gigante asiático comienza ya a notarse en los países vecinos que podrían disfrutar de una normalización de la demanda en verano pero que a nivel global no se registraría hasta 2024.
La vuelta de China tiene también un componente de preocupación al representar una mayor demanda de energía y materias primas con la consecuente amenaza para los precios.