La gestora estadounidense BlackRock ha hecho pública este miércoles su decisión de aumentar la recomendación sobre la deuda pública a corto plazo "con rentabilidades atractivas" y rebajar la de la deuda corporativa a largo plazo, al tiempo que mantiene "la cautela respecto a los bonos a largo plazo, incluso a pesar del aumento de las rentabilidades".
"Los rendimientos de los bonos soberanos se han disparado este año, y los rendimientos a largo plazo de Estados Unidos alcanzaron máximos de 16 años el mes pasado. Preferimos los bonos gubernamentales a corto plazo al crédito", destaca la gestora.
De esta manera, su estrategia pasa por infraponderar el crédito de alta calidad con una visión estratégica a cinco años o más y recortar su infraponderación general en bonos soberanos. También subrayan el potencial de los bonos vinculados a la inflación.
Desde la firma consideran "que el crédito de alta calidad ofrece una compensación limitada por cualquier posible impacto por los rendimientos derivados de diferenciales más amplios y la sensibilidad a las oscilaciones de los tipos de interés".
"Preferimos los mayores rendimientos en el crédito privado y vemos a los prestamistas alternativos cubriendo el espacio de la financiación corporativa a medida que los bancos reducen sus préstamos", añaden.
En lo respectivo a la renta variable, señalan que "las acciones estadounidenses se recuperaron la semana pasada de una caída del 2% en agosto, ya que los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años cayeron de un nivel máximo de 16 años cercano al 4,30%".
"Las ganancias de las acciones muestran cuán sensible sigue siendo el sentimiento del mercado a los movimientos de rendimiento y las expectativas sobre las tasas oficiales. La caída en las ofertas de empleo de julio y el informe de nóminas de agosto indicaron que el mercado laboral de EEUU se está normalizando desde los desajustes de la pandemia", concluyen.
