La inversión value sigue en horas bajas. Bill Hench, gestor del fondo Legg Mason Royce US Small Cap Opportunity Fund, llega a asegurar que “está en su peor momento desde la burbuja de las puntocom” en su comparativa con la inversión 'growth' (de crecimiento).
Pese a la actual situación que atraviesan los value, Hench prevé que su fondo acabe teniendo un buen 2019. Su apuesta siguen siendo las small-caps, es decir, las compañías (en este caso estadounidenses) de pequeña capitalización que, por algún motivo, consideran que tienen potencial y el mercado no lo está valorando.
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Las estrellas del 'value', los Lopeteguis del mercado... y los inversores se salenEn calidad de inversor value, Hench ha defendido que Legg Mason “no invierte a corto plazo por lo que no lo hacemos pensando en el estado de la economía”.
Una economía a la que ve “en buena forma, pese a estar creciendo algo menos que en el año anterior” y para la que no anticipa una recesión, al menos, en este 2019.
Y, cuando llegue, Hench se une a la corriente que alerta sobre la crisis de la deuda global que "es un problema más importante de lo que la gente se cree", aunque Hench desconoce si alcanzará la magnitud de la crisis del ladrillo.
Hench también ‘pasa’ de la guerra comercial. El gestor destaca que el conflicto arancelario entre Estados Unidos y China no les afecta especialmente porque “aproximadamente el 80% de nuestros ingresos está en EEUU”.
Respecto a las elecciones generales estadounidenses que tendrán lugar en 2020, Hench no tiene claro quien puede acabar alzándose como vencedor. "No sabemos lo que pasará por temas como el desempleo, que está muy bajo y eso es lo que importa de verdad a la gente". Eso si, reconoce que su fondo vendió buena parte de sus participaciones en el sector de infraestructuras tras la victoria electoral de Trump en 2016 anticipando que su Administración descuidara este sector.
Lo que preocupa más a Hench es el sentimiento de los inversores: "Las compañías con las que nos sentamos a conversar cada día son más optimistas respecto al mercado que los inversores, algo extraño, puesto que suele ser al revés". Precisamente, fue ese pesimismo inversor el que hundió las bolsas mundiales en diciembre de 2018 dando al traste con cualquier esperanza de rally navideño: "Aquel final de año fue algo completamente inesperado y sinsentido, el mercado descontó una gran recesión y nadie lo había anticipado".