En diciembre de 2015, se producía un hecho insólito en la política española y en el sector financiero local. Por primera vez, los cuatro partidos políticos concurrentes a las elecciones parlamentarias y con posibilidad de formar gobierno -PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos- llevaban en sus respectivos programas electorales reformar el régimen de las sicav, un tipo de sociedades de inversión destinadas a altos patrimonios muy famosas en España por tener entre sus accionistas a empresarios, deportistas, artistas o políticos de renombre.
En ese momento, el PP proponía modificar el régimen de las sicav para garantizar su carácter colectivo. Según su propuesta, solo se computarían a efectos del número de los 100 accionistas los que tengan una participación superior al 0,55%. Finalmente, el gobierno se formó en el verano de 2016 y, tras dos años de ejecutivo de Mariano Rajoy hasta la moción de censura que le expulsó del cargo de presidente de Gobierno, ninguna medida se tomó al respecto.
Ahora, el presidente es Pedro Sánchez, ganador de la moción. Dos años y medio antes, el PSOE formulaba sobre las sicav hasta tres iniciativas para garantizar su mayor control: establecer un porcentaje de participación máxima para cada inversor, valorar la fijación de un periodo de permanencia máximo de las plusvalías acumuladas sin que tributen y dotar legalmente a la Agencia Tributaria de competencias para supervisar e inspeccionar a las sicav. El nuevo gobierno, de no convocar elecciones anticipadamente, tendría dos años por delante para intentar llevar a buen puerto sus medidas, fuera cual fuera el resultado, aunque a priori ni siquiera lo intentará.
Sin embargo, aunque las sicav no han sido tocadas todavía, el temor entre los grandes inversores no se ha disipado del todo, pendientes de que el nuevo ejecutivo retome este planteamiento. Su mercado no se ha hundido como tal, pero sí se ha desacelerado. Según la CNMV, el registro de nuevas sicav se ha desplomado en 2018, con dos únicas inscripciones (de Andbank y GVC Gaesco) en lo que va de año, y su patrimonio ha descendido casi un 2% desde el cierre de 2017 y cerca de un 8% desde 2015, hasta los 31.500 millones de euros de patrimonio actuales, según Inverco.
Por el camino, en dos años y medio las sicav han perdido más de 53.000 accionistas y el número de sociedades en activo ha disminuido en más de 600. En sus previsiones para 2018, Inverco pronosticaba que las sicav retrocederían patrimonialmente un 2,1%, hasta los 31.400 millones, una previsión que prácticamente se ha cumplido en medio año, por lo que dentro de seis meses el paso atrás de estos vehículos podría ser incluso mayor.
RANKING EN LA GESTIÓN DE SICAV
El nivel actual de creación de nuevas sicav es el más bajo de la última década. Desde el debate electoral de 2015, las nuevas sicav han llegado con cuentagotas: 17 en 2016, tres en 2017 y dos en 2018. Comparativamente, en los peores años de la crisis, entre 2009 y 2012, siempre se crearon entre 25 y 50 sicav por ejercicio, cifras lejanas a los momentos más boyantes para estos vehículos pero notablemente superiores a los niveles del presente.
En los años 2007 y 2008, cuando el mercado empezó a romper la burbuja y a caer, y en 2013, 2014 y 2015, ya en recuperación la economía española, la creación de nuevas sicav siempre igualó o estuvo por encima de las 100 sociedades e, incluso, llegó a rozar en 2014 las 200 nuevas sociedades.
En estos momentos, las ocho entidades que más patrimonio gestionan en sicav -todas con más de 1.000 millones de volumen- aglutinan una cuota de mercado del 66%. El líder del ranking es Santander, con casi 5.000 millones, seguido de Banca March, con más de 3.250 millones, y BBVA, con más de 3.100 millones. Cierran el top 8 por patrimonio Bankinter, Banco Sabadell, Credit Suisse, UBS y CaixaBank, con entre 2.600 millones y 1.500 millones en sicav, respectivamente.