Hay optimismo con la bolsa española entre los gestores de fondos y los asesores financieros a pesar del batacazo en 2018. Entre los más positivos está Lola Solana, gestora de Santander Asset Management. Predice que “la bolsa puede vivir un rally del 15% a corto plazo”, entre finales de año y los primeros meses de 2019. Otros expertos prevén una mejora pero no tan grande. Unos y otros han dado su visión en la primera edición de MarketWatch, una mesa redonda de Bolsamanía y Banca March entre profesionales de firmas de inversión de primera fila.
En líneas generales, “hay que estar en renta variable con las valoraciones actuales pero, sobre todo, hay que estarlo a largo plazo”, defiende José María Ortega, director general de March Asset Management, quien, no obstante, aconseja a los inversores ponerse en manos de profesionales y dejarse asesorar. Para el curso que se avecina, además, aboga por gestionar el patrimonio de una forma activa. “Los gestores vamos a tener que hacer más asignación de activos que nunca”, cree Ortega.
El consenso de expertos asegura que la volatilidad ha venido al mercado para quedarse. Pero recuerdan al mismo tiempo que la volatilidad es la amiga de los gestores activos y que el riesgo es una oportunidad. A juicio de Solana, su pronóstico de un rally bursátil en España del 15% se cumpliría siempre y cuando se den todos los escenarios positivos necesarios, como un Brexit satisfactorio para la UE, una resolución pactada con Bruselas del presupuesto de Italia o un acuerdo comercial entre EE.UU. y China en la cumbre del G20.
No obstante, aun dándose este rally en el parqué a corto plazo, “no será sostenible para el conjunto del año próximo”, puntualiza la gestora de Santander. En estos momentos, sus apuestas giran en torno a las pequeñas y medianas compañías (por estar más centradas en el consumo interno de España, tener menos riesgo regulatorio y estar menos endeudadas) y los sectores defensivos y de crecimiento sostenible, como el envejecimiento de la población, el farmacéutico, las energías renovables, la reforestación o la gestión de residuos.
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En opinión de Ignacio Cantos, director de Inversiones y Renta Variable de atl Capital, la bolsa se encuentra “en el mismo punto de partida que en 2018, pero con valoraciones todavía más atractivas”. Por eso, defiende, “la punta de riesgo de los inversores debe estar algo más afilada”.
Un consejo generalizado de los profesionales hacia los inversores es que “algo de riesgo han de asumir, sino el punto de partida de sus carteras está en el -0,4%”, una referencia que es la tasa de facilidad de depósito que tiene establecida el BCE, recuerda Marta Campello, gestora de fondos en Abante Asesores.
Y “el activo que mejor remunera el riesgo son las acciones”, aunque “cada inversor debe estudiar con su asesor el porcentaje de renta variable que tiene que tener en función de su tolerancia a las pérdidas”. Para Campello, la mejor opción es tener exposición a bolsa con una visión global y activa, diversificada por geografías y evitando los sesgos de estilo.
Jaime Medem, director de Gestión de Patrimonios de Mirabaud, apuesta claramente por la bolsa, aunque de forma específica por las acciones estadounidenses y, en Europa, por los parqués de Francia, Alemania y Suiza, los dos primeros por haber sido castigados fuertemente y el tercero por su carácter defensivo. Además, se vuelca con el sesgo growth. “No es momento para el value investing en general”, señala.
RENTA FIJA Y DÓLAR
Dentro de Europa y en el mercado de bonos, Sebastián Redondo, director de Inversiones Global de Bankia Asset Management, estima que se puede abrir una ventana de oportunidad en renta fija pública italiana a corto plazo en el vaivén de los presupuestos de Roma en Bruselas. “Y, si el nerviosismo y el aumento de la prima de riesgo se contagia a los medios plazos de la curva de deuda de España, quizá se pueda ir entrando en bonos españoles a lo largo del año”, augura el experto.
Otras oportunidades de nicho en renta fija serían los bonos flotantes, “con limitación del riesgo de crédito”, es decir, con una férrea selección del emisor y su calidad crediticia, aclara Ortega. Los bonos flotantes toman como referencia un indicador a la hora de pagar intereses y su cupón es variable, y ahora la coyuntura es favorable porque está cerca una subida de tipos en Europa y muchos de estos bonos están ligados, por ejemplo, al Euríbor.
Respecto al dólar, Redondo advierte sobre la necesidad de estudiar dinámicamente cómo cubrir la cartera, dado que “la moneda americana puede caer tras llegar a niveles muy altos”.