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PICTURE ALLIANCE / DPA / RALF HIRSCHBERGER

Que la zona euro se encamina a una recesión parece darse por hecho. ¿Y Europa? El componente del gas supone un factor determinante. La perspectiva del suministro para 2023 es desalentadora, dicen los analistas, pero a pesar de este sombrío telón de fondo, hay varios factores que sugieren que el próximo año no tiene por qué ser peor y que una nueva recesión durante el próximo invierno no es inevitable.

"Creemos que existe el riesgo de un pesimismo excesivo sobre las perspectivas de Europa para 2023 y 2024", apuntan en Oxford Economics. "Si bien el próximo invierno podría ser peor, no creemos que una nueva recesión deba ser el caso base", añaden.

Consideran que "cierta recuperación en el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) y la actividad industrial en el segundo semestre del próximo año es una línea de base sensata a medida que la economía se ajusta a una nueva normalidad de precios de la gasolina estructuralmente más altos y las medidas de apoyo fiscal cobran fuerza".

¿Cuáles son los factores clave que hacen ser menos pesimistas sobre el próximo invierno? "La reposición de las reservas de gas de Europa debido al aumento de los suministros no rusos, el clima templado y las reducciones en la demanda de gas han aliviado las presiones sobre los precios y han hecho menos probable el racionamiento de gas este invierno", dicen los expertos.

Precisamente, el aumento del precio del gas este año ha causado una destrucción masiva de la demanda, lo que ha hecho más probable que Europa pase este invierno sin racionamiento de gas. Prevén que este ahorro se mantenga lo que queda de 2022 y hasta el próximo año, con lo que el almacenamiento de gas no debería ser demasiado bajo después del invierno, "lo que limita el desafío de reponer las existencias antes del próximo invierno". "Esto ofrecería un punto de partida positivo para la recarga de almacenamiento de 2023", opinan.

Sin embargo, existen riesgos sobre estos puntos de vista. El clima podría convertirse en un peligro al alza. Como explican, rellenar el almacenamiento de gas antes de la próxima temporada de calefacción será un desafío y es probable que las importaciones de gas en 2023 no alcancen los niveles de 2022. "Un invierno frío este año sigue siendo el otro riesgo clave. Las temperaturas por debajo de lo normal agotarían el almacenamiento a niveles críticos, lo que requeriría un recorte adicional del 4% en el uso de gas para volver a llenar el almacenamiento al 95% antes del próximo invierno".

LAS PERSPECTIVAS, MÁS INCIERTAS QUE NUNCA

Teniendo en cuenta todos los últimos datos macroeconómicos publicados, los analistas de Nomura reiteran que Europa entrará en recesión, pero advierten de que su previsión tiene algunos potenciales riesgos al alza. "Las perspectivas de la economía europea siguen siendo más inciertas que nunca este invierno", aseguran.

Las cuatro razones por las que esperan una recesión inminente son: los altos precios de la energía merman el poder adquisitivo de los consumidores, las condiciones financieras se endurecen, los altos precios de los insumos merman la confianza de las empresas y sigue habiendo problemas de escasez de materiales.

Por otro lado, también señalan cuatro razones que apuntan que Europa podría evitar entrar en recesión: los precios de la energía al por mayor caen, el apoyo fiscal sostiene el consumo, un invierno suave y templado podría reducir los problemas del suministro energético y los hogares recurren al exceso de ahorro para mantener el consumo.

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