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Los aeropuertos estadounidenses de la Costa Este están comenzando a sufrir las consecuencias de un cierre de Gobierno que ya lleva en vigor 35 días. La falta de controladores aéreos, que han comenzado a no acudir a su puesto al no percibir su salario, ha afectado hasta el punto de tener que parar todos los vuelos del aeropuerto LaGuardia de Nueva York.

“Estamos mitigando el impacto aumentando el número de trabajadores, desviando el tráfico aéreo e incrementando el espacio entre los aviones cuando es necesario”, ha informado este viernes la Administración Federal de Aviación (FFA).

Más de 800.000 trabajadores federales no recibieron su sueldo por segunda vez consecutiva el pasado viernes y algunos trabajadores que desarrollan funciones clasificadas como esenciales, como la gestión del tráfico aéreo o los controles de seguridad en los aeropuertos, han sido llamados a sus puestos si cobrar durante el cierre.

Aunque la FFA ha asegurado que el impacto de las ausencias de controladores “por enfermedad” ha sido “mínimo”, las quejas de los pasajeros ya han llegado a oídos de la Casa Blanca y del presidente Donald Trump que ha anunciado estar supervisando los retrasos “en algunos aeropuertos”.

Se espera que el presidente Trump hable a lo largo de la tarde del viernes en lo que podría ser un anuncio del fin del cierre que ha provocado la infructuosa negociación con los demócratas para lograr financiación para el muro fronterizo con México.

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