El primer ministro chino Li Keqiang ha reconocido este viernes que la economía china se enfrenta a "nuevas presiones bajistas", poniendo el acento aún más en el fantasma de la desaceleración mundial.
"Es cierto que la economía china se ha encontrado con nuevas presiones bajistas", ha reconocido el alto cargo de la segunda mayor economía del mundo.
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Unas declaraciones que llegan poco después de conocerse el aplazamiento de la reunión entre Trump y Xi Jinping. Un encuentro que no ocurrirá, al menos, hasta el próximo mes de abril. Unas conversaciones en las que se habría logrado un progreso sustancial pese al retraso de la cumbre.
El viceprimer ministro chino, Liu He, habló por teléfono con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, y el representante de Comercio norteamericano, Robert Lighthizer, este mismo jueves.
En sus declaraciones posteriores, Mnuchin señaló que las partes están "trabajando de buena fe" para tratar de llegar a un acuerdo "lo más rápido posible".
Desde que Trump retrasó un alza de aranceles que debía entrar en vigencia el 1 de marzo no se han programado nuevas reuniones. Desde ese momento, el mandatario republicano y otros funcionarios en Washington han tratado de mostrar que las conversaciones siguen progresando.
Por su parte, expertos como los de Fidelity ya han dado la voz de alarma asegurando que el gigante asiático se encuentra al borde del precipicio. Y todo, porque China es la única región donde la confianza empresarial ha caído a terreno negativo.
