Chris Iggo, CIO Core Investment Managers en la gestora de fondos AXA Investment Managers y presidente del AXA IM Investment Institute, advierte de que "tenemos que moderar nuestro entusiasmo en torno al posible pico de inflación en Estados Unidos" y explica que "la inflación no es transitoria, sino que está vinculada, en muchos sentidos, a la forma en que la pandemia ha afectado a la economía mundial".
El Índice de Precios al Consumo (IPC) se situó en el 8,5% en tasa interanual en julio, frente al 9,1% registrado en junio, según los datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales estadounidense la semana pasada. El dato quedó por debajo del 8,7% esperado por el consenso.
Iggo indica que la disminución de las cifras de inflación en EEUU se debe a la reducción de los costes de la energía, que cayeron un 9% en julio, y subraya que esta referencia ha llevado a que los índices estadounidense se animen.
"Por desgracia, en el resto del mundo los precios de la energía no bajan", se lamenta. En este punto, este experto señala que "en Europa, el precio del gas natural en los mercados mayoristas sigue siendo elevado. Dado el papel que desempeña el gas como fuente directa de energía para los consumidores y en términos de equilibrio de la oferta y la demanda en la generación de electricidad, es poco probable que esto cambie pronto", avisa. Así, anticipa "una pérdida de producción en Europa en 2023 ya que la amenaza de que Rusia corte el suministro de gas significa menos oferta, precios más altos y un posible racionamiento del uso del gas durante el próximo invierno". Al mismo tiempo explica que la inflación no se limita a la energía. "Detrás de esta tendencia hay problemas estructurales de oferta y demanda en las materias primas, la producción de alimentos, los semiconductores y los mercados laborales", añade.
Con todo, Iggo concluye que "el crecimiento podría sorprender al alza en el segundo semestre en Estados Unidos". Frente a esto, en Europa, "los precios del gas natural están en nuevos máximos, los consumidores se marchitan ante el aumento de los precios de la energía y los gobiernos se esfuerzan por contrarrestar las consecuencias distributivas adversas de la guerra de Rusia".
