MiFID II iba a ser la panacea para los inversores y para el asesoramiento financiero, con más desintermediación bancaria, independencia de los servicios y transparencia de costes en la industria de los fondos. Pero, casi dos años después de su implementación en España, no lo ha sido ni para unos ni para otros. Prácticamente todo sigue igual respecto a la etapa anterior: un 70% de los españoles contrata los productos de inversión en la oficina bancaria y solo un 12% utiliza un asesor financiero.
Así lo pone de manifiesto el VI Barómetro del Ahorro, elaborado por el Observatorio Inverco con datos de 2019. Sin embargo, a pesar de esta conclusión, la primera de calado tras la transposición de MiFID II en 2018, los expertos de la inversión colectiva no consideran que la directiva europea de los mercados financieros haya sido un fiasco. Según Gonzalo Rengifo, miembro del observatorio, MiFID II ha sido “un gran reto” y “las entidades lo han sabido digerir de forma exitosa”.
En su opinión, la directiva ha ordenado “muy bien” la oferta del asesoramiento financiero para los inversores, tanto en el lado independiente como en el no independiente. Estos cerca de dos años han sido “un camino sin retorno en términos constructivos” y ahora, en línea con lo que defiende la CNMV, “hay que ver qué aspectos mejorar, no cambiar”, apunta Rengifo.
Otro aspecto que sigue invariable a pesar de los tipos negativos y los depósitos al 0% es la predilección de los españoles por colocar su ahorro en los depósitos, que ya tienen más de 900.000 millones de euros. Un 14% de los encuestados reconoce que va a aumentar su inversión en depósitos aunque, en la práctica, ese dinero esté perdiendo poder adquisitivo frente a una inflación que en 2018 alcanzó el 1,2%. Son su segunda opción de inversión para 2020, por detrás de los planes de pensiones (un 19%) y por delante de los fondos de inversión (10%).
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Jupiter: "La única alternativa a los depósitos al 0% son los fondos que dan dividendo"“En momentos de dificultad económica, la gente se vuelve más conservadora. Pero con este entorno de tipos bajos, donde las entidades posiblemente comiencen a cobrar por los depósitos, el inversor va a tener que incluir en su cartera un mínimo de productos que le den una rentabilidad más moderada, y con visión de largo plazo”, cree Daniel Blanco, también miembro del Observatorio Inverco.
Para Ángel Martínez-Aldama, director del observatorio, “lo prioritario es que los ciudadanos se conciencien de la necesidad de ahorrar de forma privada”, y que el perfil de riesgo del ahorrador esté en consonancia con el producto financiero que adquiere. Por esto último, ve lógico que los inversores españoles, que se declaran conservadores en un 55%, tengan tanto dinero en depósitos. Aun así, reconoce Rengifo, darle la vuelta a esta tendencia “son deberes para las entidades”.
LOS INVERSORES EN FONDOS YA MIRAN A MÁS LARGO PLAZO
Una de las noticias más positivas del barómetro es que, aunque los fondos de inversión no son la primera opción de ahorro de los españoles, los que sí colocan su dinero en ellos lo hacen cada vez a más largo plazo. Hace menos de una década, en 2011, en uno de los momentos más duros de la crisis económica y financiera post Lehman Brothers, un 33% de los inversores tenía en su cartera fondos durante menos de un año. En 2019, esta cifra ha bajado hasta el 14%. En ese transcurso de tiempo, los que invierten en fondos con la vista puesta a más de tres años han pasado del 15% al 35%.
Hoy, la mayoría (un 51%) sigue invirtiendo en estos vehículos colectivos a un horizonte de entre uno a tres años, y el inversor tipo -hombre, de más de 50 años y con un perfil de riesgo moderado- tiene su cartera repartida en una media de dos fondos, que en el 58% de los casos pertenecen a la misma gestora. Entre sus motivaciones para ahorrar, un 30% asegura que es para cubrir imprevistos, frente a un 26% que quiere ver crecer su capital y un 25% que persigue complementar la pensión pública cuando se jubile.