La crisis del Covid-19 ha dejado unos niveles de valoración en las carteras de los inversores españoles similares a los de 2016. En concreto, el retroceso medio para las carteras moderadas ha sido del 10,5% entre el 19 de febrero y el 30 de abril. Según el último barómetro de Natixis Investment Managers, ningún activo ha servido para preservar capital en las carteras españolas. Solo el oro y algunas categorías de renta fija consiguen rendimientos positivos que apenas han minimizado las pérdidas del resto de activos.
En estos dos meses y medio, solo han aportado rendimientos positivos el oro (4,3%) y las categorías de renta fija americana (2,5%) y renta fija global (0,8%), en los dos últimos casos cubiertas a euros. De no ser por el oro, sobre todo, las carteras españolas habrían caído más, aunque el metal precioso no ha sido capaz de frenar por sí solo toda la caída derivada del coronavirus.
“La gente piensa que el oro cubre en la misma medida que cae la bolsa, pero es una cobertura imperfecta. No es un refugio para todo, es un diversificador de cartera. De hecho, el oro es un activo muy volátil que puede haber caído cuando más lo necesitas”, puntualiza Juan José González de Paz, consultor sénior de Natixis IM Solutions.
Desde finales del 2019 hasta la caída a mínimos del mercado, las carteras conservadoras perdieron un 13,8%; las moderadas cayeron un 21,2% y las agresivas retrocedieron un 28%. La firma destaca el descalabro de los estilos de inversión ‘value’ (con un descenso del 26,7% en el MSCI Europe Value) y ‘small caps’ europeas (más del 23% en el MSCI) y la renta variable continental de estilo ‘value’, con pérdidas superiores al 30%. En contraposición, los estilos ‘quality’, ‘momentum’ y ‘growth’ han ofrecido un mejor desempeño relativo, con bajadas de entre el 14% y el 14,6%, ante una “expectativa de mejores resultados y mayor resistencia ante la esperada recesión”.
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Los inversores dan la espalda a los fondos 'value' en la crisis del coronavirusSin embargo, desde ese suelo hasta el 30 abril, la recuperación de las mismas ha sido inversa. Las carteras agresivas han subido un 19%; las moderadas, un 14,1%, y las conservadoras, un 8,7%. En cuanto a la recuperación macroeconómica que siga a la de los mercados financieros, González de Paz prevé que esta tome forma de ‘V de Nike’, con una “recuperación más lenta porque todavía hay muchas incertidumbres”.
DIVERSIFICACIÓN Y FONDOS ILÍQUIDOS
Los expertos de la gestora siguen abogando por diversificar la cartera e invertir a largo plazo para suavizar posibles pérdidas. De hecho, de su análisis se extrae la conclusión de que, desde 1998 hasta ahora, una cartera no diversificada tiene una volatilidad anualizada del 19,62%, frente al 8,66% de una cartera diversificada. Además, tras las caídas, la cartera diversificada tarda menos días en recuperarse que la no diversificada, en concreto 249 días frente a 628, según Natixis IM.
Otra de las conclusiones del barómetro es que “tratar de acertar con el timing de mercado también es muy arriesgado”. Según el consultor, “se ha vuelto a demostrar en la crisis del Covid-19, como en otras crisis financieras anteriores, que intentar acertar con el timing puede suponer incrementar las caídas y perder oportunidades de inversión”.
Desde un punto de vista de tendencias, la directora de Natixis IM para Iberia, Almudena Mendaza, resalta las oportunidades que surgen en campos como las inversiones temáticas o los fondos alternativos de mercados privados. “Los activos íliquidos tienen sentido en las carteras porque aportan menos volatilidad. En este sentido, hemos detectado más interés por parte de los inversores institucionales en seguir avanzando en esta idea”, reconoce Mendaza.