Senado brasileño aprueba juicio político contra Dilma Rousseff y Michel Temer asume el poder
Luego de una larga espera y de tensiones políticas y sociales, el Senado de Brasil votó a favor del impeachment en contra de la ahora ex presidenta
- 55 votos a favor y 22 en contra fue el resultado final
- Michel Temer tiene un duro camino para sacar a Brasil de la crisis
Parece que el idílico sueño del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder terminó en Brasil, luego que el pleno del Senado brasileño aprobó la apertura del juicio político en contra de la presidenta Dilma Rousseff, por lo que la mandataria quedará apartada del poder desde este jueves y asumirá las riendas del país el vicepresidente Michel Temer.
Hija de un inmigrante búlgaro y de una profesora, Dilma Rousseff –economista, ex ministra y primera presidenta mujer de Brasil- fue apartada del poder tras la apertura de un juicio político que ella califica de “golpe”, luego que en el Senado se dieron 55 votos a favor y 22 en contra.
Rousseff será notificada de la decisión del Senado y de esta forma quedará apartada del poder por 180 días, mientras transcurre el juicio político contra ella en el Senado bajo la presidencia del líder del Supremo Tribunal Federal (STF), Ricardo Lewandowski.
“Anclada en cotas extremadamente bajas de popularidad (cerca del 10 por ciento) desde el inicio de su segundo mandato, el apartamiento de Rousseff supone el fin a un ciclo de 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) y la llegada de un Ejecutivo conservador bajo la dirección de Temer y del centrista el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB)”, señaló la agencia Notimex.
Rousseff solo será apartada definitivamente del poder cuando, al final del juicio político, que puede durar semanas o meses, y tras la presentación de pruebas que demuestren su culpabilidad en los cargos que se le acusan, al menos dos tercios de los senadores (54) voten a favor de deponerla definitivamente.
Al término de la maratónica sesión, televisada por las cadenas nacionales y cubierta por cientos de periodistas brasileños e internacionales, la oposición celebró lo que considera una victoria con miras a sacar al país de la recesión económica y la crisis política.
Rousseff quedará apartada del poder por 180 días
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DURA SITUACIÓN PARA BRASIL
Fuegos de artificio fueron lanzados en ciudades como Brasilia, Sao Paulo y Fortaleza y se registraron pequeñas manifestaciones de conmemoración tras la destitución de Roussef, según los reportes de medios locales.
El Partido de los Trabajadores (PT) reaccionó con un comunicado en el que calificó la sesión en el Senado de “continuidad del golpe a la democracia y a la Constitución”.
“Una vez más en nuestra historia las élites pisotean el voto popular, abriendo camino para la imposición de un Gobierno ilegítimo”, señaló el PT.
La oposición acusa a Rousseff de un “crimen de responsabilidad” punible con el impeachment, según la Constitución, cuando usó presuntamente artimañas contables por medio de créditos de instituciones públicas para cuadrar las cuentas de 2014 y 2015.
El senador Romero Juca del opositor Partido del Movimiento Democrático, el motor principal detrás de la destitución, indicó que "fue un proceso doloroso, un proceso que ha cambiado Brasil - pero es necesario cambiar a Brasil"
"La gente hoy en día están teniendo dificultades. Miles de personas están perdiendo sus puestos de trabajo todos los días, las empresas están cerrando, la vida es cada vez peor.... no es posible continuar las cosas como son ", sostuvo.
Brasil fue afectado por la caída de los precios de las materias primas, que representan poco más del 50% de sus exportaciones y la contracción económica de China, además de un excesivo gasto público, principalmente por sus programas sociales; todos estos elementos llevaron a Brasil a su mayor contracción económica de su historia.
“Una vez más en nuestra historia las élites pisotean el voto popular": PT
LA LLEGADA DE UN CONSERVADOR
De origen libanés, discurso moderado y figura menuda, el vicepresidente Michel Temer es un discreto abogado constitucionalista con dilatada experiencia política que, sin el aval de las urnas, tratará de sacar a Brasil del pozo de la recesión y de la profunda crisis política.
Nacido en Tiête, en Sao Paulo, en 1940, Temer fue profesor de derecho y funcionario de escalón medio antes de completar seis mandatos como diputado federal y tres como presidente de la Cámara Baja, además de cinco años y cinco meses como vicepresidente del país.
Reputado por ser un hombre de consenso que huye de estridencias políticas y padre de cinco hijos nacidos, Temer es un declarado devoto religioso cercano a sectores evangélicos, como demostró uno de sus breves discursos de las últimas semanas, cuando junto a un controvertido diputado evangélico pidió al país “mucha oración” para él y para el país.
Sin embargo, a Temer lo vinculan varios empresarios y senadores interrogados por la policía en la Operación Lava Jato como uno de los beneficiarios de la trama vinculada a la estatal petrolera, pero no ha sido acusado formalmente.
De lo que si ha sido acusado por los seguidores del Partido del Trabajo, es de ser el “conspirador” y el “traidor” que organizó la destitución de Rousseff, por lo que no le será fácil gobernar hasta 2018, si finalmente el Senado depone a Rousseff en las próximas semanas de forma definitiva.
Cabe recordar que en vísperas de la votación del proceso de juicio político en la Cámara Baja, Temer filtró supuestamente por error un discurso de 15 minutos en el que ensayaba un discurso “a la nación” como si fuera ya jefe del Estado, lo que le valió calificativos de “traidor” por parte de Rousseff.
Por lo pronto su primer gran reto es limpiar las finanzas públicas, reactivar la planta productiva y mejorar su imagen frente a los brasileños, además de terminar y dejar todo listo a 85 días de la inauguración de los Juegos de Río, en donde Brasil estará en los ojos de todo el mundo.
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