El presidente Peña Nieto y el PRI libran una dura prueba en las elecciones intermedias de México
La crisis de credibilidad que sufre el presidente no fue factor negativo para que su partido consiguiera ser el claro ganador de las elecciones
- La Cámara de Diputados tendrá mayoría del PRI
- Se debilitan los partidos de oposición
México pasó una jornada electoral en medio de una crisis política, social y de credibilidad del gobierno federal originadas por situaciones de violencia, inseguridad y escándalos personales que hacían pensar que esto sería un factor negativo para el partido en el poder, sin embrago, los resultados dijeron lo contrario.
Al parecer, una buena parte de los votantes decidieron apoyar la política y las formas de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a pesar de que ha sido criticado a nivel mundial por casos como la “casa blanca”, la gestión del caso de los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa y los casos de corrupción de algunos de los miembros de este partido.
Según datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares Elección (PREP), el Partido PRI mantiene una ventaja con 26.97 de los votos, lo que significa que obtendría entre 196 y 203 escaños, mientras que su aliado el Partido Verde alcanzaría entre 41 y 48 legisladores y el Partido Nueva Alianza tendría entre nueve y 12 diputados.
Y esto ratifica el hecho de que la crisis de credibilidad que tiene el presidente Peña Nieto no afectó en estas votaciones. Según el analista Roy Campos, esto sucedió porque el efecto de la crisis política que vivió el mandatario tuvo su peor efecto hace uno meses.
"Diría que sí le pegó y mucho, pero le pegó desde el año pasado. Es decir, el efecto que tuvo fue la caída y su peor momento del año pero ya hoy está descontado ese efecto, no es algo nuevo" y por ello estos resultados favorables, dice Campos.
La crisis de credibilidad que tiene el presidente Peña Nieto no afectó en estas votaciones
LA CRISIS DE AYOTZINAPA
La desaparición de 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, parecía que iba a ser un detonante en todo el escenario político nacional de gran fuerza que iba impactar al gobierno en sus estructuras más profundas, sin embargo, esto no tuvo tal efecto.
Dada la magnitud del caso y de lo preocupante de la situación, el hecho le dio la vuelta al mundo pero nueve meses después, parece que el único daño causado fue en la imagen del presidente y no en un repudio en las urnas.
"Es un presidente que está excepcionalmente debilitado. Los primeros tres años no fueron como otros casos en los que se consolida la posición, al contrario", señaló la investigadora de El Colegio de México, Soledad Loaeza.
Según datos proporcionados por la BBC, la imagen del presidente está desgastada y cuenta con una baja popularidad (32%), la menor en décadas para un presidente a mitad de su mandato. Sin embrago, el PRI puede quedarse con al menos cinco gubernaturas de las nueve que estuvieron en juego el pasado 7 de junio.
A pesar de esto, Roy Campos asegura que el gobierno federal debe de tener mucho cuidado como evalúa este triunfo electoral. "Si con el primer lugar creen que es un aval, si creen que de veras es una evaluación a su gobierno y que la gente dice 'está contenta', lo están leyendo mal. No es eso lo que está evaluando el ciudadano".
El futuro inmediato que tiene el gobierno federal es crear nuevas alianzas y reforzar las reformas estructurales
CONSOLIDAR REFORMAS
Con este esenario que dejan las elecciones, para los analistas políticos el futuro inmediato que tiene el gobierno federal es crear nuevas alianzas y reforzar las reformas estructurales que ya están avaladas y puestas en marcha.
"El interés está en la posible formación de una coalición ganadora que le permitiría al presidente terminar las reformas. Ese sería el punto central", consideró Campos.
Con la mayoría, explica Campos, "hay dos cosas importantes que puede hacer: la primera es el presupuesto anual, sin la coalición los otros partidos se lo van a imponer, y lo segundo son las leyes secundarias de las reformas. Pueden ser muy incompletas si los otros partidos empiezan a mocharle cosas a las reformas".
Para Soledad Loaeza, "lo que tendría que hacer Peña Nieto es consolidar esas medidas, esas reformas, ver si efectivamente van a sentar sus reales o si van a resultar flor de un día".
Y añade: "Me cuesta mucho trabajo pensar que va a tomar medidas audaces en los tres años que restan, entre otras razones, porque las tomó ya en el primer año", dice la investigadora.
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