Patricia es categoría cinco, pero ¿cómo se miden los huracanes?

La escala Saffir-Simpson creada para medir la fuerza de los huracanes y es utilizada a nivel mundial para determinar el poder destructivo de estos fenómenos naturales

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Bolsamania | 23 oct, 2015

Actualizado : 13:32

La famosa y tan nombrada escala Saffir-Simpson, fue creada para definir y clasificar del 1 al 5 la intensidad los ciclones tropicales de acuerdo con la velocidad de sus vientos y ofrece una idea de la magnitud de los daños desde mínimos hasta catastróficos.

Esta escala surgió cuando el ingeniero estadounidense Herbert Saffir y el director del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, Robert Simpson, desarrollaron una escala que pretendía medir la intensidad de las tormentas tropicales y los daños potenciales que puede causar un huracán.

Ambos científicos trabajaron en esta medida durante 1969, cuando la Organización de las Naciones Unidas les pidió hacer un análisis de los daños ocasionados por los huracanes en las viviendas, con lo que desarrollaron la escala que lleva sus apellidos.

Ese instrumento de medición tiene en cuenta la presión mínima, los vientos y la marea de tormenta que se genera, así como los daños potenciales que puede provocar la tormenta, en función de sus vientos máximos sostenidos.

Los huracanes son la evolución de un ciclón tropical que se desarrolla en cuatro etapas: perturbación tropical, es decir, una zona de inestabilidad atmosférica asociada a la existencia de un área de baja presión, que propicia vientos convergentes, explica el meteorólogo Leodegario Sansón Reyes, presidente de las Asociación Mexicana de Meteorólogos (OMMAC).

“Los huracanes son la formación de un remolino gigante de agua y nubosidad en un centro de baja presión, Con vientos máximos sostenidos superiores a 119 km/h”, explica Sansón Reyes.

Cuando las condiciones oceánicas y atmosféricas propician que se genere un ciclón tropical, la evolución y desarrollo de éste puede llegar a convertirlo en huracán.

Los huracanes son la evolución de un ciclón tropical que se desarrolla en cuatro etapas

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EVOLUCIÓN PREVIA AL HURACÁN

La segunda etapa es una depresión tropical, donde los vientos se incrementan en la superficie, producto de la existencia de una zona de baja presión y los cuales alcanzan una velocidad sostenida menor o igual a 62 kilómetros por hora.

En una tercera etapa, se desarrolla la tormenta tropical, donde los vientos alcanzan velocidades sostenidas entre los 63 y 118 kilómetros por hora; las nubes se distribuyen en forma de espiral.

Cuando el ciclón alcanza esta intensidad se le asigna un nombre preestablecido por la Organización Meteorológica Mundial (WMO, por sus siglas en inglés).

Los huracanes, ciclones o tifones se forman cuando la velocidad de sus vientos máximos sostenidos alcanzan o superan los 119 kilómetros por hora y se clasifican mediante la escala Saffir-Simpson, explica el meteorólogo mexicano.

“Además pueden cambiar rápidamente de forma, tamaño, intensidad, velocidad de traslación y dirección de desplazamiento”, señala Sansón Reyes.

ESACALA SAFFIR-SIMPSON

De acuerdo con la escala Saffir-Simpson, la categoría 1 es la menos intensa y se le asigna cuando los vientos son de 119 a 153 kilómetros por hora y causa daños a la vegetación y muelles, además produce inundaciones en carreteras y caminos costeros.

“En esta categoría los daños son menores, solo caída de árboles y cableado eléctrico, sin afectar mayormente la infraestructura”, dice Leodegario Sansón.

En la categoría 2, los vientos son de 154 a 177 kilómetros por hora, lo que puede causar afectaciones moderadas como en daños mínimos a muelles y daños no estructurales en casas y edificios, derribos de vegetación, así como inundaciones en carreteras costeras.

Un huracán categoría cinco produce altos costos económicos, materiales y sobre todo humanos

“Aquí ya se presentan daños en hogares y edificios ya que pueden verse afectados puertas, ventanas, tejados y techos ligeros”, explica el meteorólogo.

A su vez, el huracán categoría 3 tiene vientos máximos entre 178 y 209 kilómetros por hora, cuya presencia puede ocasionar destrucción parcial de casas, edificaciones costeras y muelles, derribo de árboles altos, anuncios dañados y llevados por el viento y marejadas inundan zonas costeras.

“Los daños aquí ya pueden ser mayores, ya que la infraestructura sufre daños estructurales con grietas y derrumbes en construcciones”, señala Sansón Reyes.

Los huracanes categoría 4 tienen vientos de 210 a 249 kilómetros por hora y se considera que causan daños extremos como colapso parcial de techos y paredes en casas, en edificaciones costeras y muelles, derribo de vegetación y señales, así como erosión parcial de playas e inundación en terrenos planos abajo de tres metros.

“En esta categoría los daños a las estructuras es terrible, ya que no hay nada que quedé intacto al paso del huracán, los techos de las casas pueden volar, así como autos, anuncios y todo la infraestructura eléctrica y de servicios”, dice.

En tanto que los vientos de los huracanes categoría 5 alcanzan o superan la velocidad de 252 kilómetros por hora y pueden llegar hasta los 400 km/h y “sus afectaciones pueden ser catastróficas ya que puede haber derrumbes totales de techos y paredes en casas y altos costos económicos, materiales y sobre todo humanos”, concluye el Leodegario Sansón Reyes.

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