Acusan a Fiat Chrysler de manipular motores a diésel y podría estar involucrada planta de México
La camioneta RAM 1500 que se arma en la planta de Hermosillo, podría ser uno de los modelos que cuentan con software alterado para manipular emisiones contaminantes
- La acusación incluye también a Jeep Grand Cherokee
- En total serían unos 104 mil automóviles de los modelos 2014, 2015 y 2016
Fiat Chrysler no solamente sorprendió a la industria automotriz de México y Estados Unidos cuando anunció que es muy probable que retire la producción de algunos de sus vehículos que ensambla en nuestro país, sino que ahora uno de esos modelos está envuelto en un escándalo mundial.
Fiat Chrysler Automobiles (FCA) fue acusada por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) de haber manipulado los motores diésel de 104 mil vehículos, los cuales incluyen la RAM 1500, modelo que se fabrica en México.
En un comunicado de prensa, la autoridad estadounidense destacó que además de las RAM 1500, también se encontraron irregularidades en la Jeep Grand Cherokee, ambas armadas entre 2014 y 2016.
El problema radica en que la automotriz instaló un software en los vehículos que ayudaba a evadir las pruebas de emisiones, estrategia similar a la utilizada por Volkswagen hace un año y que también le ocasionó severas pérdidas financieras y multas internacionales.
“No revelar que el software afecta las pruebas de emisiones en el motor de un vehículo es una grave violación de la ley. Continuamos investigando la naturaleza y el impacto de estos dispositivos. Todos los fabricantes de automóviles deben jugar con las mismas reglas”, dijo Cynthia Giles, administradora adjunta de la EPA.
La EPA y California Air Resources Board señalaron al fabricante de automóviles que cree que su software, no declarado de control de emisiones auxiliares, permitió a los vehículos generar exceso de contaminación en violación de la ley, detalló la agencia Reuters.
Según un sondeo realizado por El Financiero, encontró que “3% de la producción de la RAM 1500 que tiene Chrysler en Saltillo, Coahuila, es con motor diésel, además de que también se ensamblan otras versiones de la RAM”.
“3% de la producción de la RAM 1500 en Saltillo, Coahuila, es con motor diésel"
En el caso estarían involucrados unos 104 mil automóviles de los modelos 2014, 2015 y 2016 del todoterreno Jeep Grand Cherokee y la camioneta Dodge Ram 1500 con motores diésel.
FCA NIEGA ACUSACIONES
FCA dijo en un comunicado el jueves que está “decepcionado” con las afirmaciones de la EPA. También dijo que sus “vehículos con motor diésel cumplen con todos los requisitos regulatorios aplicables.
Hasta ahora, Fiat Chrysler ha rechazado las acusaciones, al negar que instaló programas manipuladores en sus vehículos.
“FCA US espera con impaciencia demostrar que su estrategia de control de emisiones está correctamente justificada y no se asemeja a un ‘programa manipulador’”, aseguró el grupo en un comunicado.
Fuentes de Fiat Chrysler México dijeron que ninguno de los modelos con que se acusa a la empresa en Estados Unidos se comercializa en el país, según informó la agencia AFP.
Los vehículos involucrados han expulsado mucho óxido de nitrógeno (NoX)
El hecho de disimular un programa que afecta las emisiones en un motor constituye una grave violación de la ley que puede traducirse en una contaminación nefasta del aire que respiramos”, comentó Cynthia Giles, una de las funcionarias de la EPA en un comunicado.
Según la agencia, los vehículos involucrados han expulsado mucho óxido de nitrógeno (NoX), un gas al que se le atribuyen múltiples afecciones respiratorias.
Tras los señalamientos de Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos, el precio de las acciones de la empresa cayó 10.2 por ciento en la Bolsa de Nueva York (Nyse), lo que representó una perdida en su market cap de mil 741 millones de dólares.
Volkswagen admitió en el 2015 que alrededor de 11 millones de autos de diésel en todo el mundo estaban equipados con los llamados dispositivos manipuladores, con algoritmos usados para trucar las pruebas de emisiones.
En Estados Unidos la ley de aire limpio exige a los fabricantes de vehículos demostrar a la EPA, a través de un proceso de certificación, que sus productos cumplen con las normas de emisión de bióxido de carbono aplicables a nivel federal para controlar la contaminación del aire.
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