Llega otro de los grandes momentos del año en lo que a gastos se refiere: las vacaciones de verano. Para los más afortunados (o ahorradores) el gasto de las vacaciones puede que ya se encuentre cubierto en gran medida, pero, sin duda, existen muchas familias que a estas alturas se están aún planteando no solo el destino vacacional, también la manera de hacer frente al gasto.
No es absoluto infrecuente en esta tesitura acudir a los préstamos. De hecho en esta época del año las propias entidades financieras se encargan de recordarnos aquellos productos destinados a tal fin. No obstante se trata de una decisión que, por el peso posterior que tendrá en las economías domésticas debe ser muy bien meditada.
- ¿Qué tipo de préstamo necesito?
¿Qué préstamo contratar?
Probablemente a la hora de la contratación de un préstamo y teniendo en cuenta esa media de gastos que hemos citado anteriormente, la primera mirada pueda recaer sobre los préstamos rápidos. En teoría estos productos de financiación responden a lo que se demanda; velocidad en la concesión, importes medios a financiar y agilidad en el acceso al dinero.
Sin embargo conviene tener en cuenta que por regla general este tipo de préstamos no resultan precisamente baratos, además de que el endurecimiento general de las condiciones de acceso a financiación también ha hecho que no sean especialmente mucho más asequibles que otros productos de financiación. Probablemente englobados en esta categoría serían los micro préstamos los más útiles, ya que, se trata de financiación muy baja (hasta 300 €) para plazos de amortización que pueden ir entre una semana y un mes.
- ¿Merece la pena el seguro de protección de pagos?
En general, y como resulta comprensible, serían los más aconsejables aquellos préstamos que menos gastos generen. Sin embargo estos préstamos los vamos a encontrar en formatos como los anticipos de nómina o los préstamos preconcedidos, productos que requieren una contratación previa y que se pueden mantener a lo largo del tiempo, encontrando en el primero de los casos opciones muy interesantes ya que incluso nos vamos a encontrar la aplicación de interés cero dependiendo de las ofertas.
En el plano menos positivo de los anticipos nómina se encuentra lógicamente el hecho de que los más baratos de entre estos productos van a presentar un plazo de amortización muy corto, que incluso puede reducirse a un mes, por lo que no es posible plantear una financiación parcelada en cuotas.
¿Préstamo o ahorro?
Desde luego si afrontamos esa pregunta desde la óptica de lo más adecuado para la economía doméstica nos inclinaríamos por la segunda opción; un ahorro activo a lo largo del año a través de productos como pueden ser por ejemplo las cuentas remuneradas o similares, que nos permitiera una disposición en metálico ajustada y suficiente para estos gastos.
A la hora de solicitar un préstamo para las vacaciones debemos tener entre otras cosas en cuenta que aumentamos lógicamente el nivel de endeudamiento de nuestra economía, por lo que de tomar esa decisión el cálculo de lo que se solicita y lo que supone como impacto las devoluciones debe ser lo más afinado posible huyendo de las posibilidades de sobreendeudamiento que a fin de cuentas es el enemigo mortal de nuestras cuentas domésticas.
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