Hace tan sólo 10 años la oferta de préstamos especializados era simplemente abrumadora. Encontrábamos propuestas de financiación a través de préstamos para casi cualquier cosa con un formato de producto que, supuestamente, se ajustaba al máximo al objeto a financiar. Hoy en día el panorama ha cambiado radicalmente y aunque quedan algunos segmentos como el de la financiación para estudios con una relativa abundancia de oferta, otros segmentos como los préstamos para bodas han disminuido en volumen de oferta.
Esto no significa en absoluto que no existan como tal, los hay, pero sí que el volumen de oferta es mucho menor que antaño, y que generalmente cuando se solicita financiación para cubrir los gastos de un enlace nupcial se nos va a permitir a los préstamos personales al uso.
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¿Como son los préstamos para bodas?
Se trata de préstamos muy similares en las formas a cualquier préstamo consumo. Generalmente ofrecen cantidades variables pero no en exceso altas, con los máximos en torno a los 30.000€ para plazos de amortización tampoco excesivamente elevados aunque, es cierto, he aquí el producto se dulcificado un tanto pudiendo encontrar ofertas de hasta ocho años de plazo de amortización con determinados períodos de carencia.
Aunque podemos encontrar de todo, la tendencia inicial en estos préstamos eran la aplicación de tipo de interés fijo, se pretendía preservar el valor de las cuotas de manera íntegra desde el primero hasta el último día, sin embargo, lo cierto es que la evolución general de los tipos de interés también ha afectado estos productos por lo que hoy en día no destaca un modelo sobre otro y en todo caso serían los tipos variables los que más han crecido.
No es un préstamo barato. De hecho salvo contadas excepciones y a través de la vinculación los costes van a ser tremendamente similares a los de un préstamo personal, otra opción donde tal vez los recién casados puedan obtener mejor resultado sean las líneas de crédito, productos que permiten realizar disponibles contra el crédito que se vuelven a generar a medida que éste se repone, y que puede ser por ejemplo una alternativa realmente útil a la hora de financiar una boda porque no sólo pueden servir como cuenta de financiación, sino también como cuenta de recepción de regalos e ingresos ayudando de esta manera a amortizar el crédito a la vez que se simplifican los trámites de entrada y salida de dinero.
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