Hace tan sólo unos días el mandatario de Unión Europea de Fútbol Asociado (UEFA) Michel Platini, aprovechaba una rueda de prensa con motivo de una estancia en la ciudad de Bilbao para arremeter duramente contra los fondos de inversión en fútbol, y, anunciar una vocación de enfrentamiento radical sobre este modelo de inversión y un combate para su erradicación del fútbol europeo.
No estamos desde luego ante una situación nueva, ni tampoco ante una situación sencilla. En este caso la UEFA enarbola una bandera, la de la lucha contra los fondos de inversión en el fútbol sobre la que otro gran organismo futbolístico internacional, la FIFA, no acaba de posicionarse de manera decidida.
UEFA, en boca de Platini, si se encuentra decidida a una lucha activa en este sentido, encontrándose o sintiéndose respaldada por la Comisión Europea, y con vocación incluso sin el apoyo de FIFA, de seguir adelante tratando de erradicar los fondos de inversión del fútbol.
Qué son los fondos de inversión en fútbol
Para entender esta situación obviamente debemos empezar comprendiendo la importancia que poco a poco han ido ganando los fondos de inversión en el fútbol, pero también y a la par comprendiendo la controversia que mientras crecían generaban, controversia que ha llevado a que países como Inglaterra (entre otros) haya prohibido tajantemente la figura, mientras que en otros países receptores de la búsqueda de futbolistas por parte de los fondos como Brasil la figura se encuentra denunciada.
No es casualidad que los fondos de inversión comienzan a tener una presencia muy notable en el fútbol europeo, incluyendo de nuestro país, coincidiendo con el crack económico provocado por años de exceso en las diferentes ligas europeas.
Los fondos de inversión, como propietarios de los derechos de futbolistas, puede negociar directamente con los clubs que a su vez pueden incorporar jugadores que tal vez en circunstancias normales de mercado se encontraban totalmente fuera de su radio de acción y compra, jugadores que dependiendo de los clubs serán de algún modo puestos en un escaparate en busca de su aumento de cotización como futbolista.
No es cuestión de listar las diferentes operaciones realizadas por fondos de inversión en el fútbol en nuestro país, pero son muchas, probablemente bastantes más de las que el usuario de a pie a priori llega a conocer, y alcanzan a clubs de todos los niveles.
¿UEFA vs Fondos de inversión?
En la posición del órgano futbolístico europeo destacan dos elementos por encima de todo; por un lado una crítica feroz a la manipulación de entidades financieras al mundo deportivo a través de los fondos de inversión, y por otro lado, una preocupación por el concepto de carrera deportiva de los futbolistas de élite integrados en este tipo de instrumentos de inversión.
La primera de las críticas toma base desde el propio modelo de funcionamiento de los fondos de inversión; da igual si un fondo capta los derechos de un futbolista desde temprana edad, o si responde a un deseo de fichaje concreto de un club que no puede hacer frente a dicho fichaje, en cualquier caso el resultado final aun con matices será el mismo; el fondo busca obtener en las posteriores operaciones económicas relativas al jugador un rendimiento por su aportación de capital.
Es decir el fondo buscará la revalorización del jugador y obtener los beneficios a partir de las siguientes ventas o traspasos u operaciones posteriores a su presencia como gestores de los derechos del futbolista.
La segunda crítica directamente enraizada con la anterior, tiene que ver con la limitación total en principio del factor deportivo en la carrera de un futbolista cuyos derechos pertenecen a un fondo de inversión, ausencia de factor deportivo ya que como hemos indicado anteriormente lo que se busca es la revalorización del beneficio de la inversión.
Posiciones muy encontradas, pero también unas leyes del deporte (en nuestro caso esperada para el año 2014) que van a tener que tomar partido y definir cómo afrontar la presencia de estos instrumentos de inversión dentro del fútbol moderno, una presencia que desde luego al menos a fecha de hoy en países como España o Italia parece complicado eliminar.
