No cabe duda que de una manera u otra los préstamos hipotecarios han tenido y tienen una relevancia muy importante a nivel usuario en las economías domésticas, por un lado obviamente desde la perspectiva de que son el instrumento de financiación de acceso a la vivienda y, por otro lado, por el innegable peso que han tenido y tienen en cuanto su presencia como elementos complejos dentro de la actual situación económica de nuestro país, no tenemos más que echar un vistazo a los datos de impago de este tipo de préstamos en los últimos años, así como a la reducción drástica de solicitudes de los mismos.
Es por ello, por la propia importancia que como producto de financiación para la compra de una vivienda tiene, que a la hora de la solicitud de un préstamo de estas características el usuario ha de mirar realmente con lupa las opciones y las posibilidades de cada producto se le ofrece, incluyendo por supuesto algo tan fundamental como los costes y las comisiones.
Debemos tener en cuenta que las llamadas comisiones de estudio, a las que vamos a dedicar este artículo, se podían dar prácticamente por desaparecidas hace tan sólo seis o siete años, en plena ebullición de la solicitud de préstamos hipotecarios las entidades financieras buscaban obviamente realizar propuestas atractivas a los usuarios, y, dentro de éstas posibilidades de atracción el hecho de minimizar e incluso eliminar determinadas comisiones parecía una opción interesante, como de hecho ocurría en muchísimas por no decir todas las propuestas estrella de las entidades financieras en este tipo de producto.
Obviamente la situación ha cambiado de manera drástica, y, dentro de este cambio se vuelven a introducir parámetros como esta citada comisión de estudio, que, poco a poco, vamos viendo incorporarse de nuevo a las propuestas de un buen número de entidades para sus ofertas de hipotecas.
Si hacemos caso a los propios datos proporcionados por el Banco de España relativos al mes de octubre resulta que la media de comisión aplicada por la banca en nuestro país dentro de este concepto de estudio ha extendido ya hasta los 132 €, un ascenso que comparativamente en relación al año 2010 supone nada menos que un 23% más, ya que por entonces esta media de comisión de estudio se situaba en los 107 €.
Sin duda, y esto resulta muy importante para el usuario a la hora de la solicitud de un préstamo hipotecario, en este aumento de las comisiones de estudio viene dado el hecho implícito de que el estudio de la viabilidad de un préstamo no se relaciona de manera directa necesariamente con su concesión, es decir, puede darse la situación en la que se realice efectivamente el estudio de la viabilidad de nuestra solicitud, dicha solicitud sea rechazada, pero la comisión sea efectivamente ejecutada.
Probablemente a fecha de hoy, y teniendo en cuenta que todavía existen bastantes entidades financieras que no aplican comisiones de estudio o que las mantienen realmente bajas, el mejor consejo hará la solicitud un préstamo hipotecario sea precisamente investigar entre las diferentes ofertas y acudir en primera instancia a las que mejor propuesta nos hagan incluyendo el hecho de la ausencia de comisiones de estudio, sin embargo, la tendencia y el camino que están recorriendo en líneas generales los préstamos en nuestro país puede volver a conducirnos a una aplicación de nuevo general de esta comisión.
Imagen 1 y 2: Public Domain Photos flickr creative commons // matze_ott flickr creative commons
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