La situación económica que estamos viviendo no es precisamente fácil por lo que es bastante sencillo entrar en una lista de morosos debido a un pequeño tropiezo en la devolución de un crédito o préstamo lo que provocaría que tuvieras problemas para solicitar otros en el futuro.
Por suerte, existen entidades que te pueden conceder un crédito aunque pertenezcas a una de estas temidas listas.
Seguro que en lo primero que piensas es en las empresas que comercializan los muy conocidos créditos rápidos por los que puedes acceder a una cierta cantidad de dinero en un plazo de tiempo que no supera las 24 horas. Sin embargo, esta alternativa no es ni la mejor ni, sobre todo, la que tiene los intereses más bajos. Hay otras menos conocidas pero más interesantes para tu bolsillo y son las que vamos a ver a lo largo del artículo.
Cooperativas de crédito
Estas entidades, las cooperativas de crédito, tienen como objetivo atender las necesidades de crédito de sus socios o de terceros funcionando igual que una entidad de crédito habitual.
Una ventaja de estas cooperativas es que sus créditos tienen un interés más bajo de lo habitual y las condiciones para acceder a los créditos suelen ser más bajas que las de un banco normal.
Sin embargo también tiene sus desventajas. Tienes que ser socio de una cooperativa para poder acceder a una posible financiación y no vale con entrar y en poco tiempo solicitar un crédito. Debes tener en cuenta, que según la ley, no pueden prestar más de un 50% de sus recursos a un tercero, por lo que son muy cuidadosos con los créditos que conceden.
Tarjetas de crédito especiales
Existen tarjetas de crédito dirigidas a personas con un mal historial crediticio. Normalmente las comercializan bancos tradicionales aunque también existen empresas especiales que las emiten.
Estas tarjetas se caracterizan por presentar límites de crédito muy bajos para evitar problemas de impago graves ya que tienen como objetivo que reconstruyas tu historial crediticio y puedas volver a tener acceso a la financiación tradicional.
Una ventaja importante es que los tipos de interés que aplican son muy bajos frente a otras alternativas de financiación. Incluso las hay que van reduciendo el tipo de interés según vayas pagando las cuotas a tiempo.
Las desventajas son también muy claras. Su bajo límite de crédito hace que solo puedas utilizarla para ciertos gastos muy pequeños y al igual que el tipo de interés baja si vas haciendo los pagos también sube si tienes problemas para hacerles frente lo que puede provocar que poco a poco vayas entrando en una espiral de deudas.
Créditos con garantía
Son créditos garantizados por algún activo de calidad que poseas, por ejemplo una vivienda, una cartera de acciones o un coche.
Es un tipo de crédito muy habitual si se utiliza como garantía la vivienda, y básicamente se utilizan para pedir créditos con cantidades muy elevadas sin necesitar pedir una hipoteca tradicional.
El plazo de tiempo para devolver el préstamo es más alto que en otro tipo de créditos y los tipos de interés también son más bajos que en otras opciones de financiación.
La principal desventaja de esta opción es precisamente la necesidad de una garantía. Si utilizas tu vivienda como garantía y tienes problemas de impago es muy posible que pierdas tu casa lo que sería catastrófico.
Por otra parte, en los créditos a tan largo plazo es posible que acabes devolviendo mucho más dinero del que solicitaste, incluso llegando al doble de cantidad, debido a los intereses a pagar.
Créditos con aval personal
Los créditos con aval son muy parecidos al caso anterior pero en este caso es una persona, un amigo o familiar normalmente, quién te avala y se compromete a devolver el dinero en caso de que tú no puedas.
La diferencia con los créditos con garantía es que las cantidades de los créditos son más bajas, oscilando entre los 600€ y los 6.000€ y tiene un tipo de interés mucho más bajo que los créditos rápidos.
Por otra parte, el tipo de interés que aplican es más alto que en otras modalidades que hemos visto anteriormente y además suelen ser tipos de interés variables lo que puede hacer que varía bastante la cuota a pagar de un año a otro.
Con estas opciones alternativas para solicitar un crédito verás que hay vida más allá de la financiación tradicional o de contratar productos con elevadísimo coste para tu bolsillo como los créditos rápidos.