A la hora de la solicitud de un crédito, más o menos todos sabemos cuáles son los elementos fundamentales que van a acabar determinando si vamos a poder obtener la financiación que necesitamos a través de los créditos o, por el contrario, si esta financiación se nos va a negar por parte de la entidad financiera, sin embargo, y aun conociendo de antemano los elementos que van a influir en dicha concesión no viene mal hacer un repaso de los mismos sobre todo porque en la actualidad algunos pesan más que otros.
Las entidades financieras han multiplicado la rigidez con la que valoran el grado de solvencia del usuario que solicite financiación, esto quiere decir que en un proceso normal de solicitud de un crédito se van a valorar nuestros ingresos de manera exhaustiva, tanto desde la óptica de aquellos ingresos regulares procedentes por ejemplo de nuestro trabajo, como otras opciones incluyendo por supuesto el patrimonio. Es decir si la solvencia siempre ha resultado importante como elemento de justificación para la revolución un crédito, actualmente es mirada con lupa.
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Unos ingresos estables acompañados de un patrimonio demostrable, en los que sobre los primeros la repercusión de la amortización del crédito no resultase un porcentaje excesivo obviamente van a proporcionar una buena posición para obtener la financiación; sin embargo no pensemos que con esto ya está todo hecho.
En un momento como el actual en el que la morosidad de los productos de financiación sigue aumentando cuando pareciera que ya no debiera ser así, lo cierto es que el historial crediticio del usuario así como por supuesto el hecho de encontrarse dentro de algún registro de morosidad puede ser motivo automático de no contemplación de un crédito por parte de la entidad, independientemente incluso de responder bien a los criterios de solvencia e ingresos.
Es decir; en caso de encontrarse inmerso en un recibo de morosidad dará igual presentar unos ingresos estables suficientes, ya con casi toda probabilidad la entidad rechazará nuestra solicitud, es más, incluso la posibilidad de aval puede no llegar a ser admitida.
