Solicitar un crédito es una herramienta muy utilizada cuando se necesita un dinero que no se tienen en el momento necesario. Las razones para solicitar un crédito pueden ser muy variadas, como créditos de consumo, créditos comerciales, créditos personales, etc. Como ya sabrán, de una manera muy resumida consisten en solicitar un importe y más tarde, devolverlo con unos intereses, generalmente en cuotas o plazos.
Pero cuando se solicita un préstamos, uno no debe preguntarse sólo qué crédito de los disponibles en el mercado le aporta mayor cantidad de dinero o cual le permite devolverlo en más plazos. Lo que uno debe considerar a la hora de contratar un créditos es: ¿cuánto dinero voy a pagar realmente al final del pago?
En España, a la hora de calcular un crédito se suele emplear el método francés.
Se caracteriza por sus coutas constantes, por tanto al principio de las cuotas, supone un mayor pago de intereses y al final, uno menor. El importe de las cuotas es el mismo durante todas las cuotas. Mediante este método, cuando se hayan pagado la mitad de las cuotas, no estará pagado el 50% del importe total de crédito, sino bastante menos, puede que un 25%, ya que los intereses se pagan al principio. A la hora de calcular las cuotas, será necesario repetir los cálculos todas las veces que se revise el valor del interés, por lo general, una vez al año. Cada mes se pagan los intereses de la cantidad que queda por amortizar.
También existe el sistema de amortización alemán
Aunque se emplea menos, también es válido. Se caracteriza por que en cada plazo, se realiza un pago constante del capital de amortización del crédito. Esto implica que el pago de intereses es variables cada mes. Las cuotas van de menos a más en lo que se refiere a cantidad total a pagar. A diferencia del método francés, garantiza que cuando se hayan hecho la mitad de los pagos, se habrá pagado la mitad del importe total del crédito.
Para aclarar un poco más la diferencia, les dejamos estos gráficos:
