No es una novedad, ya se había previsto pero sin embargo resulta interesante consignar el hecho de que la demanda de créditos para el consumo no sólo aumentó durante el cuarto trimestre del pasado año 2013, sino que también entró en el presente año 2014 en cifras positivas.
De hecho los datos del citado último trimestre, según la encuesta sobre préstamos bancarios publicada por el banco de España, la demanda de crédito coincide con el avance del PIB en lo que venía a ser el mejor dato intertrimestral desde 2008, sin embargo hay peros que poner a este aumento de la demanda, no correspondido en principio por la oferta.
El primer pero es la realidad de un año, 2013, que a todos los efectos representó una caída brutal de los préstamos al consumo, muy superior a la de años anteriores y en la senda de una suerte de espiral geométrica de crecimiento que, desafortunadamente, en lo que se refiere a concesión de financiación parece no haber terminado.
Y es que el aumento de la demanda no ha traído consigo un aumento de la oferta ni mucho menos de la concesión de financiación. De hecho, los varias veces anunciados movimientos de la banca española en dirección a la apertura del grifo crediticio para las economías domésticas no sólo no se han dado, sino que tampoco a fecha de hoy se atisban, más allá de pequeños movimientos puntuales más relacionados con lanzamientos de productos concretos que con un movimiento serio del mercado.
Hipotecas la otra cara de la moneda
Curiosamente, o tal vez no tanto, los préstamos hipotecarios están mejorando notablemente su modelo de oferta. De este modo mientras los préstamos al consumo no avanzan o, incluso retroceden, desde finales del pasado año hemos asistido al crecimiento constante de la oferta de hipotecas por debajo del 2% en los diferenciales, unas hipotecas que a fecha de hoy ya ofrecen un buen número de entidades financieras españolas.
También aquí existe la paradoja de que en el momento en el que probablemente más baratas se encuentran las hipotecas en los últimos años, menos hipotecas se solicitan; curiosa situación en la que demandamos más créditos al consumo que no se ofrecen y se ofrecen mejores créditos hipotecarios que no se demandan.