Microcrédito y banca tradicional

Tradicionalmente, y como es de esperar, los bancos y cajas se ha mostrado siempre muy alertas ante las modificaciones en las demandas de productos de sus clientes, del conjunto de usuarios para ser más exactos. Cuando esto atañe a una cuestión como los créditos es cierto que la banca da la sensación de ser más lenta en sus procesos de adaptación, pero éstos vienen a realizarse de manera inexorable.

Podríamos poner como ejemplo en los periodos previos a la crisis el auge de los llamados créditos rápidos que impulsados en buena medida por empresas no incluidas dentro de la banca tradicional, fueron poco a poco asimilados por las entidades financieras que adoptaron dichas fórmulas (obviamente adaptándolas a sus características particulares) hasta prácticamente convertir dichos productos en suyos.

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Si hoy en día tuviéramos que hablar de un producto de financiación en crecimiento sin duda este sería el de los microcréditos, pequeños créditos para importes muy bajos, de entre 50 € y 300 €, en plazos de devolución también muy cortos que van desde un día hasta un mes, y que funcionan al margen de aplicación de intereses, sobre comisiones concretas que van creciendo en función del importe y los días de devolución, configurando un modelo de ingresos más que rentables para las empresas que los ponen en el mercado.

Sabiendo que efectivamente se trata de un modelo de negocio de financiación muy rentable (a priori) y muy demandado, cabe la duda de si las entidades financieras comenzarán a moverse también en este sentido, sin embargo desde luego en los dos últimos años esto no ha sido así, y a la vista de los nuevos lanzamientos de productos de financiación el segmento del microcrédito como tal no parece tener de momento cabida en la propuesta general de las entidades financieras.

Actualmente y dentro de los créditos personales con aplicación de intereses, los de más bajo volumen de financiación van a situarse entre 300 € y 500 € con más profusión de estas últimas cifras que las primeras, suelen ser créditos de contratación a través de Internet y en gran medida pueden ir vinculados a otro tipo de productos como las domiciliaciones de nóminas o similares.

 

 

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