Neumáticos de invierno

Al igual que en España no practicamos mucho deportes como el salto de ski, hockey sobre hielo o el curling, tampoco lo somos a otra tradición invernal muy habitual en los países nórdicos consistente en llevar el coche al taller, poner ruedas de invierno y que el taller te guarde las de verano. ¿Realmente merece la pena esta molestia y desembolso?. Como casi todas las decisiones, depende, veamos algunos aspectos a tener en cuenta.

Los neumáticos de invierno están diseñados específicamente para rodar en condiciones de extrema dureza, bajas temperaturas, y carreteras llenas de hielo o nieve. Su banda de rodadura, presenta un mayor número de aristas, una mayor profundidad del dibuho, así como laminillas autoblocantes, con la intencion de aumentar la adherencia en condiciones extremas. El compuestos de goma empleado también es diferente.

Su duración es muy similar a la de los neumáticos de verano, la única diferencia es su rendimiento ya que cada uno está diseñado para un tipo de condiciones distintas. Uno de verano rinde peor en invierno y viceversa.

Es importante destacar que sustituyen plenamente a las cadenas y se comportan mucho mejor que ellas ya que no encontraremos ningún problema en momentos en los que no haya nieve (como los túneles)

Para identificarlos podemos ver el marcaje M+S (mud + snow, nieve y barro)