Adiós a Niki Lauda, leyenda de la F1
|Ayer 20 de mayo de 2019 falleció el legendario piloto austriaco de F1 Niki Lauda a la edad de 70 años. Uno de los grandes de la edad de oro de este deporte. Su legado: algunas de las páginas más memorables de la F1 y una historia de éxito y tragedia como ha habido pocas en el mundo de los deportes de motor.
Lo de lauda hacia la F1 sólo se puede definir como auténtica pasión. El austriaco se volcó totalmente en ella y casi lo pagó con la vida. Desahuciado después del terrible accidente de … fue capaz de recuperarse milagrosamente para asombro de los médicos a base de fuerza de voluntad. Su regreso al paddock asombró a todos el mundo e incluso fue descrito como una locura por muchos entendidos.
Después de ganar dos campeonatos, se aburrió y abandonó el deporte, pero de nuevo regresó para volver a ganar. Su rostro desfigurado y su espíritu inquebrantable hacen de él un personaje único que figura entre los grandes de la F1 de todos los tiempos.
La computadora austriaca
El joven Lauda, que procedía de una adinerada familia, entró en el circo de la Formula 1 a golpe de talonario. Literalmente compró su plaza como piloto, pero pronto demostró que no era un advenedizo y que poseía un talento enorme. Fue entonces cuando en Ferrari (que no ganaba el campeonato del mundo desde 1964) se fijaron en él y lo ficharon para la temporada de 1973.
El choque cultural entre italianos y austriacos se hizo patente. Lauda fue apodado «la computadora» por su sangre fría al volante y su capacidad de análisis. Un año después llegaron las primeras victorias en los GP de España y Holanda; dos años más tarde, por fin llegó el triunfo absoluto en la categoría, en la temporada 1975.
Nürburgring 1976: la tragedia
En el verano de 1976 Laida luchaba por su segundo título mundial con Ferrari. Venía de ganar en cinco grandes premios y en ese momento parecía imparable. Pero todo se torció en el GP de Alemania, disputado en el circuito de Nürburgring.
En la segunda vuelta, el Ferrari de Lauda se estrelló inexplicablemente y se quedó envuelto en una bola de fuego. Su cuerpo fue rescatado y llevado a toda prisa a un hospital cercano. Aún ahora, las imágenes del accidente siguen siendo escalofriantes:
Lauda sufrió graves quemaduras en la cabeza y las muñecas, varios huesos fracturados y sus pulmones estaban seriamente dañados a causa de la inhalación de humos tóxicos. Los médicos no dieron esperanzas a la familia: el piloto de 27 años parecía condenado a muerte e incluso llegó a recibir la extremaunción por parte de un sacerdote.
Pero los milagros ocurren: solamente seis semanas más tarde, con la cabeza vendada y sangrando por algunas de sus cicatrices, el bravo Niki Lauda terminó cuarto en el Gran Premio de Italia. Los médicos, asombrados, dijeron que se había recuperado por pura fuerza de voluntad. Jackie Stewart describió aquella hazaña como «la remontada más valiente en la historia del deporte».
Este capítulo de la historia de Lauda y su rivalidad con el británico James Hunt se ilustra magistralmente en la película Rush.
El rostro quemado y desfigurado de Lauda, que había perdido una oreja a causa del accidente, quedó grabado para siempre en las retinas de los aficionados. El austriaco todavía se proclamaría campeón del mundo en dos ocasiones más: en 1977 con Ferrari y en 1984 con McLaren. Tras su retirada en 1985 se decidó al mundo empresarial, gestionando su propia compañía aérea, Lauda Air (llamada más adelante Fly Niki).
Niki Lauda (1949-2019) se va de este mundo para ingresar eternamente en el Olimpo de los grandes de la Formula 1.
Fotos – TheF1