Los beneficios del vehículo híbrido y eléctrico están subestimados
|A pesar de una superioridad intrínseca indiscutible para todos los usos urbanos, los beneficios medioambientales de las tecnologías híbridas y eléctricas están subestimadas por parte de los conductores. La razón es la falta de interés de los consumidores frente a los beneficios medioambientales pero también, el discurso todavía ambiguo de ciertos profesionales que no han comprendido que la reducción de las emisiones de CO2 en medio urbano es una prioridad que hay que combatir con mayor vigor y seriedad de aquí a un futuro inmediato. Todo esto bajo pena de acentuar todavía más la parte de responsabilidad del vehículo con motor térmico frente a los problemas recurrentes de contaminación en las grandes ciudades.
Los problemas del diésel en ciudad
A pesar de las mejoras aportadas en las motorizaciones diésel de estos últimos 20 años, este tipo de motorización se adapta mal en medio urbano por múltiples razones: velocidad y distancia débil, eficacia de los sistemas de descontaminación en frío, el tiempo que hay que estar con el vehículo parado, etcétera.
Los vehículos con motor diésel siguen siendo una alternativa para recorrer largas distancias en autopista a 130 km/hora, sin embargo, en ciudad son los auténticos enemigos a combatir puesto que sus características hacen de ellos unos vehículos intensamente incompatibles con los problemas inherentes a la circulación urbana.
El enemigo número uno es indiscutiblemente el caso de los vehículos turbo diésel de caja manual con los cuales es difícil circular a poca velocidad por culpa de la curva del par de estos motores, los hábitos de conducción de los automovilistas, y el ritmo impuesto a los otros usuarios.
La recuperación de energía en el frenado
Considerada por algunos como algo anecdótico, la regeneración en el frenado constituye una ventaja intrínseca importante en los vehículos híbridos, y aún más en los eléctricos, comparativamente con la oferta térmica clásica.
En un vehículo eléctrico, en uso exclusivamente urbano, la regeneración durante el frenado puede alcanzar el 25% de la energía consumida durante las fases de aceleración.
Una motorización adaptada
Si en teoría nada impide conducir un vehículo eléctrico tal y como se conduce uno térmico, en situación real, el híbrido y el eléctrico incitan a adoptar una conducción suave para sacar el mayor provecho de la suavidad y de la eficacia de la motorización eléctrica. Por lo tanto, es mucho más fácil respetar los límites de 30 km/hora al volante de un vehículo equipado con una caja de velocidad manual.
Foto – Elconfidencial