La breve historia del Torpedo Tucker

El 1948 fue presentado un modelo de automóvil revolucionario e innovador: el Tucker Sedan, también llamado Torpedo Tucker. Sólo se produjeron 51 unidades. No dio tiempo a más: el fabricante cesó sus actividades tan solo un año después en mitad del fragor de una batalla legal salpicada de acusaciones de fraude. Una breve historia que vale la pena conocer.

Todo empieza en Estados Unidos en los años de la postguerra. El gobierno quería deshacerse de los excedentes de fábrica de la economía de guerra y dos avispados empresarios, Henry J. Kaiser y Preston Tucker, vieron la ocasión perfecta para iniciar su negocio de producción de automóviles y poner en marcha un proyecto

El proyecto Torpedo incluía una serie de innovaciones muy adelantadas a su época: frenos de disco, moto trasero de 6 cilindros, inyección mecánica de gasolina, la ubicación de todos los instrumentos alrededor  del volante y, sobre todo, la mejora de la seguridad del coche en 67 puntos.

Morir de éxito

Tanta era la expectación que había levantado en la prensa la aparición del Torpedo Tucker que casi todo el mundo conocía los detalles de su producción antes de su presentación. Las expectativas eran altas. Demasiado altas.

A pesar de que Kaiser y Tucker habían logrado una buena financiación, decidieron recaudar más dinero para asegurar su futuro y credibilidad. La idea fue poner a la venta toda clase de accesorios (las fundas de los asientos, los equipos de radio, etc.) antes de que su coche fuera construido. Así se logró reunir la mareante cifra de 2 millones de dólares de la época.

No tenía por qué ir mal. La lista de pedidos a lo largo y ancho del país era interminable. Todo el mundo quería tener un Torpedo Tucker, aunque nadie había visto el coche nunca. Todo lo que se sabía de él era a través de la prensa. Una gira del modelo de pre-producción por las principales ciudades de Estados Unidos alimentó aun más el interés por este coche.

Una reliquia muy valiosa

La empresa empezó a ser investigada por la fiscalía, que consideraba ilegal la venta de accesorios de un coche que ni siquiera existía más allá del proyecto. La prensa se hizo eco y aparecieron por primera vez las palabras «estafa» y «engaño» en los titulares, y pronto llegaron los artículos de opinión que cuestionaban la seguridad del vehículo.

La misma prensa que había alzado al Torpedo a los altares lo hundía ahora sin piedad. Los cargos fueron finalmente retirados pero la publicidad negativa destruyó la credibilidad de Tucker y Kaiser. Con solo 51 unidades en la calle,  se detuvo la producción.

De aquellos 51, todavía hoy se conservan 47, la mayoría de ellos en excelentes condiciones. Actualmente, en las subastas estos viejos coches alcanzan precios escandalosos y los museos dedicados al automóvil en Estados Unidos se pelean por contar con un ejemplar para su colección. Nunca un coche con tan breve historia y tan escasa producción alcanzó tanto éxito, aunque sea póstumo.

Fotos – Auto Cars Release