La batería de los coches eléctricos
|La batería eléctrica es el órgano clave de los coches eléctricos. Influye directamente en los rendimientos y sobretodo en la autonomía del automóvil ecológico. Hoy en día, las baterías litio permiten mejorar considerablemente las características técnicas de los vehículos eléctricos y hacen que su utilización sea posible.
El litio permite, en efecto, almacenar enormemente muchas cargas eléctricas en forma de iones sobre los electrodos y de manera muy compacta. El principio de funcionamiento reside en la circulación de los electrones para generar una corriente eléctrica, como para cualquier batería: los iones de litio, aglutinados en el electrodo negativo en grafito, atraviesan el electrolito (pared central de la batería), para fijarse sobre electrodo positivo de dióxido de cobalto.
Para realizar las baterías capaces de hacer creíble una oferta de coche eléctrico en el mercado, los investigadores de todo el mundo trabajan para hacer frente a los diferentes desafíos.
Aumentar la capacidad de almacenaje de energía
Almacenar un máximo de energía en el menor espacio posible, ese es el desafío de cualquier tipo de transporte, y el coche eléctrico no se escapa de este inconveniente. Las energías fósiles son a la vez una fuente y un potencial de energía. Quemando 1 kg de gasolina, es posible generar 10000 Wh de energía. La densidad energética está definida por su relación peso/potencia y determina los rendimientos de autonomía del coche eléctrico.
Las baterías litio-ion tienen una densidad energética de 150 Wh/kg a 200 Wh/kg, es decir cuatro veces más que la tecnología níquel-cadmio y seis veces más que el plomo. Pero todavía es 50 veces menos que los carburantes líquidos. Los investigadores trabajan en nuevos tipos de electrodos capaces de almacenar más cantidad de iones, como el óxido de manganeso o el óxido de níquel.
Estas tecnologías están en curso de desarrollo y podrían ver cómo la densidad energética de las baterías de los coches eléctricos aumenta hasta 350, incluso 500 Wh/kg. La problemática es la de encontrar la solución que combine rendimientos y longevidad en el tiempo, evitando la disolución del electrodo positivo en el electrolito, tras varios ciclos de recarga.
Todavía se deben hacer grandes progresos para aumentar la densidad de energía de las baterías sin que la duración no sea inferior a la de los coches eléctricos.
Foto – ElPaís