Firebird IV: el coche autónomo nació en 1964
|Si creías que el coche autónomo es una revolucionaria invención solo posible gracias a la tecnología actual, lamentamos decirte que te equivocas. La idea es bastante vieja y el objetivo de crear un coche capaz de conducir sin conductor ya se intentó nada menos que en el año 1964 con el Firebird IV.
Esta rareza nace en una de las épocas más creativas de la historia de la automoción: los años 60, una década donde al menos en Estados Unidos no parecían existir metas imposibles. La era de la conquista espacial, del desarrollo y expansión económica. Así, en este contexto histórico de confianza y optimismo, General Motors presentó este proyecto en el Salón de Nueva York de 1964.
Se trataba de otro estilizado diseño inspirado en los aviones con motor a reacción, que entonces representaban el no va más del futurismo. Pero en esta ocasión era un modelo concebido para un futuro donde los coches serían guiados automáticamente a través de los sistemas de orientación programados, con el fin de garantizar la seguridad absoluta al volante sin necesidad de dejar el trabajo en manos del conductor. Y todo esto, 50 años antes de la aparición de los primeros coches autónomos que hoy tanto nos asombran.
El interior del Firebird IV estaba equipado con un pequeño televisor, un frigoífico, una mesa de juegos y asientos giratorios. Todo lo necesario para entretener a los ociosos ocupantes, liberados de la obligación de conducir.
¿Por qué no triunfó la idea?
Que el Firebird IV sea hoy un completo desconocido se debe a que el invento acabó en el más absoluto de los fracasos. A pesar de las exclamaciones de asombro que arracó el proptotipo en Nueva York, a la hora de llevar la idea a la realidad hubo muchos más problemas de los que se esperaban.
General Motors dejó el proyecto en manos de la firma Buick, que cogió el testigo y continuó con el desarrollo de la idea a través del modelo Century Cruiser. Pero ni el primero ni el segundo llegaron jamás a construirse en serie y en 1980 el proyecto fue definitivamente abandonado. ¿Demasiado vanguardistas para su época? Probablemente. La verdad es que ni la industria ni el gran público quisieron saber nada entonces de aquel extraño coche que podía moverse entre dos puntos sin que mediara intervención humana alguna. La misma idea que hoy tanto nos fascina, lo cual es cuanto menos, curioso.
Fotos – Car Styling