El turbocompresor – turbo – en los coches
|El inventor del turbo es el suizo Alfred Büchi, el cuál en el año 1905 registró una patente sobre congestión de carga y carga isobárica. En los años 30 se fabricaron los primeros camiones diesel con turbocompresor. Aparte de haber sido utilizado para barcos, aviones y trenes en la misma época, se generalizó su utilización sobre todo en camiones a partir de 1951 por la compañía MAN. Consiguieren un incremento de potencia desde los 130 caballos a los 175 caballos.
El primer vehículo que salió al mercado con turbo fue el Mercedes 300 SD en mayo de 1978. Un ingeniero suizo equipó en 1966 los Ford 20M con turbo. En 1973 se comenzó la producción en serie del BMW 2002 turbo y en 1975 la del Porsche 911.
Volkswagen introdujo a mediados de 2005 la tecnología TSI (Golf GT, 1,4 litros con 170 CV). Una variante distinta al turbo habitual a través de la cuál se monta en los motores gasolina con inyección directa, un turbocompresor y un compresor Root.
A día de hoy el empleo de los turbos para los coches y camiones es una práctica habitual ya que únicamente con turbocompresor se alcanza el mismo rendimiento en un motor diesel que en un gasolina sin turbocompresor. Sin turbo se necesitaría para alcanzar el mismo rendimiento de casi el doble de cilindrada y consecuentemente el peso sería mayor. Por otro lado los motores con esta tecnología están dotados de una mayor elasticidad lo que permite no tener que reducir para coger más velocidad.
El principio de funcionamiento es explicado en pocas palabras, la utilización de una turbina que mediante la fuerza centrífuga comprime los gases del escape del motor. La consecuencia más inmediata es la creación de presión por el no escape de los gases, y esto se traduce en un aumento de rendimiento. La ventaja principal es este aumento de potencia lo que permite alcanzar con motores más pequeños y de menor peso un mayor rendimiento que sin turbo.
La utilización del principio del turbo se llevó hasta sus límites en los años 80 en la Fórmula 1. Por aquel entonces había un tope de cilindrada de 1,5 litros para motores con turbo, y los mejores coches alcanzaban una potencia de 1.000 caballos.
Una de las mayores desventajas son las altas temperaturas que se alcanzan en algunos motores gasolina. En consecuencia algunos fabricantes recomiendan no apagar el motor inmediatamente si no dejarlo al ralentí durante unos segundos.
Fabricantes de turbocompresores, entre otros, son: ABB Turbo Systems, BorWarner Turbo Systems, Bosch Mahle Turbo Systems, Caterpillar, Continental AG, Komatsu, MAN Diesel und Turbo, Pierburg y Voith Turbo.