El sentido de la lubricación del motor
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Todos conocemos tanto la varilla para la medición del nivel del aceite del vehículo como el tapón que cierra éste mismo depósito. Pero lo que no sabemos y acabamos de comprender es el sentido que tiene la lubricación del motor.
La lubricación del motor tiene como función la reducción de los rozamientos entre los distintos elementos mecánicos que componen los motores de explosión. Por ende también sirve para la absorción de calor de los rodamientos y de pistones mediante la lubricación de sus piezas. También se busca que posibles restos de combustión, restos de desgaste y demás impurezas se vean absorbidas por los filtros de aceite.
Aún cuando la acción de relleno del depósito es de lo más simple en la actualidad, la realidad del proceso de lubricación y de sus distintas formas para los distintos tipos de motores tiene varias maneras de ejecución. Así por un lado tenemos la mezcla de aceite con el combustible en un solo depósito como es habitual en motores de dos tiempos como cortadoras de césped, motosierras y ciclomotores. Con la mera acción de verter lubricante en el depósito de carburante obtenemos éste tipo de mezcla. En los coches se aplicaba esta forma de mezcla hasta finales de los años ochenta.
Por otro lado, también empleado en motores de dos tiempos, cabe la posibilidad de un depósito separado de lubricante que por medio de una bomba de aceite se incorpora al carburante. A esta forma se le denomina lubricación a pérdida total y las ventajas con respecto a la anterior son la frescura en la mezcla y la exactitud en cantidad de la misma.
Éstas dos formas de lubricación llevan consigo la pérdida del lubricante. La manera que se emplea en la mayoría de vehículos actuales es una lubricación circular, más concretamente la lubricación de circulación forzada.
En este sistema el lubricante se encuentra bajo el cigüeñal en el cárter del aceite. Mediante una primera bomba de aceite se succiona el lubricante y es transportado pasando por el filtro del aceite a los distintos puntos de fricción. El cigüeñal por medio de sus movimientos rotativos facilita el reparto de una especie de «neblina» de aceite que se mantiene en el aire por todo el bloque del motor. El lubricante sobrante se ve recogido de nuevo en el cárter.
A su vez, gracias a una correcta y continua lubricación se posibilita el enfriamiento de los pistones así como al engrase constante de éstos mismos.