El Día sin Coches pierde seguidores
|Cada septiembre se celebra oficialmente en todo el mundo el «Día sin coches», una iniciativa ecologista que empezó en 1974 y que actualmente se integra dentro de la Semana Europea de la Movilidad. El objetivo es concienciar a la gente de que haga un uso más racional de los coches (o que directamente prescinda de ellos) para reducir la contaminación en las ciudades. La idea es loable, aunque año tras año cuenta con menos seguidores: el Día sin Coches pierde fuelle.
Hoy se celebra esta jornada en 368 ciudades españolas, lo cual ya es muy significativo si tenemos en cuenta que hace solo dos años participaron en la iniciativa más de 700. Y no solo eso, el grado de participación ciudadana es notablemente menor, algo que los organizadores atribuyen a una indisimulada falta de interés por parte de las administraciones públicas. Pero tal vez haya otras razones…
¿Sirve para algo el Día sin Coches?
La iniciativa del Día sin Coches persigue una serie de nobles fines como el de promover entre los ciudadanos el ocio saludable, descongestionar el tráfico, promover el uso de transporte público y disminuir el grado de contaminación del aire de las ciudades.
Todos firmaríamos porque se lograra todo eso pero, ¿realmente sirve de algo el Día sin Coches? Recordemos que se trata de una jornada en la que se cortan calles al tráfico y se crean grandes zonas peatonales que duran apenas un día.
Por desgracia, las organizaciones ecologistas y afines que organizan estas jornadas, además de demonizar a los malvados conductores que se pasean por las calles ensuciando el aire con el humo de sus tubos de escape, pocas medidas de presión ejercen para que exista un transporte público barato y eficaz en las ciudades.
Es más, muchos de los que colaboran en la organización de estas jornadas (ayuntamientos y gobiernos autonómicos) son, salvo honrosas excepciones, los mismos que apenas hacen nada durante el resto del año para solucionar los problemas de tráfico y polución. Un bonito paripé que sirve de bien poco.
Fotos – El Mundo