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El flujo del aire en el interior del coche reduce el riesgo de contagio del Covid-19

¿Miedo al contagio del Covid-19 mientras viajamos en coche? Según un reciente estudio, los patrones de flujo de aire dentro de la cabina de pasajeros de un automóvil ofrecen algunas sugerencias para reducir potencialmente este riesgo.

El estudio, publicado en la revista Science Advances, utilizó modelos informáticos para simular el flujo de aire dentro de un automóvil compacto con varias combinaciones de ventanas abiertas o cerradas. Las simulaciones mostraron que la apertura de ventanas (cuantas más ventanas mejor) creaba patrones de flujo de aire que reducían drásticamente la concentración de partículas en el aire intercambiadas entre el conductor y el copiloto.

Los investigadores descubrieron que usar el sistema de ventilación del automóvil no hace circular el aire tan bien como algunas ventanas abiertas. «Conducir con las ventanas abiertas y el aire acondicionado o la calefacción encendidos es definitivamente lo peor que se puede hacer, según nuestras simulaciones por ordenador», asegura el autor del estudio, Asimanshu Das, de la Universidad de Brown en Estados Unidos.

Los científicos aseguran que lo mejor que se puede hacer para evitar el riesgo de contagio de coronavirus mientras vamos en coche es tener las cuatro ventanas abiertas. Claro que, en pleno invierno, la idea no es especialmente sugerente.

Los tests se realizaron con modelos informáticos que simulaban el flujo de aire en el interior de un automóvil que se movía a unos 80 kilómetros por hora, midiendo el movimiento y la concentración de aerosoles provenientes tanto del conductor como del pasajero. Hay que señalar que los aerosoles son partículas diminutas que pueden permanecer en el aire durante períodos prolongados y que se cree son una forma de transmisión del virus SARS-CoV-2, particularmente en espacios cerrados.

Debido a la forma en que el aire fluye por el exterior del automóvil, la presión de aire cerca de las ventanas traseras tiende a ser más alta que la presión en las ventanas delanteras. Como resultado, el aire tiende a entrar a través de las ventanas traseras y salir por las ventanas delanteras. Con todas las ventanas abiertas, esta tendencia crea dos flujos más o menos independientes a cada lado de la cabina. Dado que los ocupantes de las simulaciones estaban sentados en lados opuestos de la cabina, muy pocas partículas terminan siendo transferidas entre los dos.

A tener en cuenta.

Fotos – Economic Times