Bolsamania

Citroën Ami 8, el coche de la Bretaña francesa

«Un coche 100% bretón». Así rezaba la publicidad del año 1969 del Citroën Ami 8, un modelo diseñado y construido sólo por ingenieros y mecánicos bretones. Todo un guiño al sentimiento patriótico de la Bretaña francesa, que sería comercializado por todo el país e incluso más allá de sus fronteras con la etiqueta de la región.

El Ami 8 fue presentado en el Salón de Ginebra de ese año como una versión modernizada del popular Citroën 3 CV y casi de inmediato se inició la producción en la planta de la marca en Rennes-La Janais. De este modo, el Ami 8 se convirtió en el gran motor económico de la región: no sólo supuso que miles de bretones encontraran trabajo, sino que permitió también a un gran número de industriales en la región desarrollar sus negocios.

El Citroën Ami 8 iba equipado con un motor de dos cilindros refrigerados por aire, con una capacidad de 602 cc y una potencia de 35 CV que le permitía desarrollar una velocidad punta de 123 km/h. En 1973 llegaría el Ami 8 Super, con un motor de 1015 cc (el mismo que el del primer Citroën GS) con el cual podía superar los 140 km/h con  una potencia de 53 CV. Esta versión no llegó a ser comercializada fuera de Francia.

Para los bretones, el Citroën Ami 8 no sólo representó un logro económico sino que se convirtió en un icono, una seña de identidad. Parece mentira que la ciudad de Rennes, la capital de la región de Bretaña y epicentro de esta historia de éxito, acabara iniciando años después una guerra sin cuartel contra los automóviles, con el objetivo de transformar el centro de la ciudad en una gran parque peatonal.

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