Mitsubishi Pajero, padre de todos los SUV
Bajo las leyendas de la tracción total no solo hay clase G, Land Cruiser y Defender. Ninguno consiguió la simbiosis entre escalador y vehículo de lujo antes que el Mitsubishi Pajero. Pero el orgulloso japonés ha entrado en años.
A primeros de los 80, en Europa no se hablaba nada de Sport Utility Vehicle y aparte del Range Rover Voque no había nada a la vista que demostrara acrobacia entre todoterreno y vehículo de lujo. Pero cuando en 1982 se fue conociendo el Mitsubishi Pajero, el mundo automotriz comenzó a prestar atención. Quizás por los éxitos en rallys offroad o quizás por un nombre de modelo más bien desafortunado, el coche cosechó éxito.
Se le ha cambiado el nombre en muchos mercados: Montero, Raider o Shogun. Pero áquel que compra un Pajero, accede a todos los lugares y esto a un precio más asequible que muchos otros. El japonés ofrece mucho más que un chasis rústico, tracción total, protección de piso o diferenciales. Es desde su primera generación un coche con mucho confort y según el equipamiento incluso de lujo.
Sus cualidades apenas han cambiado en los pasados 35 años. Si han pasado los tiempos en los que se presentaba con motorizaciones V6 gasolina. Aquí ya no hay mucha elección independientemente de optar por el 4,90 metros de largo cinco puertas o la versión de carga con batalla corta y solo tres puertas. El 3.2 cuatro cilindros ofrece 190 caballos y un par motor de 441 Nm.
Mientras que la competencia apuesta en sus cámaras de combustión por seis o incluso ocho cilindros de funcionamiento más tranquilo, el Commonrail de cuatro cilindros con su clasificación Euro6 si bien es moderno, pero un tanto rudo y brusco.
No es que sus rendimientos de cero a cien en 11 segundos o su velocidad máxima de 180 km/h no sean suficientes. Pero aquél que se posiciona en sus asientos de cuero elevados de la versión top si desea en un arranque en frío un mejor aislamiento del motor y dos cámaras adicionales. El 3.2 litros poco convencional gran cuatro cilindros encajaría mejor en un vehículo comercial. Si bien el funcionamiento del motor ha mejorado en los años pasados, se debería prestar en ésta división más soberanidad y una desarrollo de potencia más suave.
