Porsche 911 x Singer, el lujo a medida
|El número de millonarios en el mundo es más alto que nunca. La demanda de coches exóticos y exclusivos es consecuentemente igual de importante. Rolls Royce y Ferrari alcanzan unos récord de venta por segundo año consecutivo. Por esta razón, un modelo original fuera de lo común, puede parecer de lo más banal a aquellos que tienen un mayor conocimiento en vehículos de alta gama. Bienvenido por lo tanto al mundo del vehículo a medida y de la personalización, donde la palabra clave es exclusividad, y donde los amantes de Porsche se inclinan por Singer Vehicles Design para disfrutar del trabajo de un orfebre.
Coches de lujo y exclusividad
Para describir lo que hace Singer Vehicles Design, su fundador y director artístico Rob Dickinson puede efectuar en la misma frase una comparación con trajes a medida Savile Row, relojes suizos, modelos de colección revisados. Sin embargo, una palabra que nunca utiliza es la de fabricante de coches.
Singer está establecido en Sun Valley, Los Ángeles, una región donde las empresas especializadas en la personalización y la restauración de coches son legión. Lo que verdaderamente ha permitido a la firma destacar en el segmento, y a los amantes de Porsche 911 hacer cola, es la facultad del preparador para crear piezas a la vez bonitas, únicas, intemporales y funcionales.
El Porsche 911 revisado y corregido
La empresa Dickinson no fabrica coches, no más de los que puede vender. Desde 2009, utiliza servicios que consisten en restaurar, modificar y dar a luz al Porsche 911.
Tomemos como ejemplo su último encargo, su primer modelo 911 Targa, desvelado a la prensa especializada en el mes de julio de 2015. A primera vista, concretamente para los no iniciados, se parece a un clásico de los años 60, perfectamente restaurado, y dotado con unas ruedas bastante voluminosas. En realidad, el coche data de mitad de los años 90, y cada elemento visible de la carrocería, del interior, pasando por el motor y las suspensiones, son únicos y corresponden a los deseos de su propietario.
Foto – Kleer