Cómo afecta el calor a tu coche

El asfixiante calor veraniego no solo nos afecta a los seres vivos, sino que también afecta mas de lo que te imaginas a las máquinas. Un coche por ejemplo puede llegar a perder hasta el 15% de su potencia. Pero eso es solo una parte del problema: el calor del verano afecta negativamente a tu coche de mil maneras.

Dejar el coche aparcado en un lugar fresco y a la sombra es por tanto más que aconsejable, y no solo para quemarnos las manos con el volante ardiente cuando nos sentamos a conducir. Los rayos del sol castigan sin piedad la pintura del vehículo, que pierde su brillo, y también el interior, tanto la tapicería como el salpicadero, que tienden a decolorarse y deformarse.

Por otra parte los frenos se fatigan antes por el recalentamiento y la vida de los neumáticos se acorta. Ante este panorama tan alarmante, ¿qué podemos hacer?

Consejos para proteger a tu coche del calor

Antes que nada hay que revisar bien los neumáticos para que estén en perfectas condiciones antes de enfrentarse a la dura prueba de rodar sobre el asfalto a altas temperaturas. Una presión correcta no solo alargará la vida de las ruedas sino que reducirá el riesgo de pinchazos.

También hay que revisar el sistema de refrigeración ya que, de no funcionar bien, el calor provocará que el motor se recaliente con mucha más facilidad, aumentando el riesgo de averías.

¿Qué hacer con los frenos? Es sabido que para frenar, las pastillas rozan contra el disco y generan calor. Ese calor es todavía mayor en los meses de verano y las pastillas tardan más en enfriarse. Resumiendo: es mucho más fácil que los frenos se sobrecalienten. En ese caso el coche frena mucho menos y se consume más líquido. Incluso los discos pueden llegar a deformarse. La solución: usar más el freno motor que el manual y, sobre todo, evitar la conducción agresiva, que en realidad es agresiva contra nuestros frenos.

Como último consejo, no dejes de controlar la aguja de la temperatura y en cuanto se pase de los límites normales, detén el coche de inmediato antes de que el daño sea irreversible.