Vontobel lo tiene claro: no habrá guerra comercial por los aranceles a los coches chinos

La gestora destaca los fuertes vínculos entre UE y China y su mutua dependencia

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Coche eléctrico de BYD.BYD - Archivo

A la Unión Europea (UE) no le ha temblado el pulso y ahora deberá afrontar las consecuencias. La decisión de imponer aranceles de hasta el 38% a los vehículos eléctricos importados de China ha hecho prender la llama de un conflicto silencioso durante meses. Pekín no ha tardado en responder después de anunciar que tomaría medidas contra la medida "proteccionista" de la Comisión Europea ¿Estamos a las puertas de una guerra comercial?

Según Donny Kranson, gestor de Vontobel, la respuesta es negativa. Este experto opina que es "poco probable" que estalle una guerra comercial "a gran escala" entre los Veintisiete y la principal potencia de Oriente. No obstante, sí podemos esperar ver "algunas refriegas".

De momento, el gigante asiático ha anunciado una investigación contra la carne de cerdo y anunciará en agosto, según fuentes locales, los aranceles que impondrá al brandy europeo, dos movimientos claramente dirigidos a castigar a dos de los principales impulsores de los aranceles comunitarios: España y Francia.

Hace tan solo un mes, el presidente Emmanuel Macron y agradecía al presidente chino Xi su "actitud abierta" para evitar unos aranceles que dañarían seriamente a dos de sus grandes empresas: Rémy Cointreau y Pernod Ricard. Cabe señalar que el brandy francés es el espirituoso más importado por el país asiático y que la división de brandis y coñacs de Rémy representan en torno a dos tercios de las ventas totales del grupo.

"Pero, siendo realistas, nada es tan sencillo", afirma Kranson. Según este estratega, China es un gran comprador de aviones de la compañía francesa Airbus y estos vínculos se deberían estrechar todavía más después de las sanciones que Pekín ha impuesto a su gran rival, Boeing, por haber vendido armas a Taiwán.

"También se habla de aumentar los impuestos sobre los coches alemanes importados, pero para estas empresas, la mayoría de sus coches para el mercado chino ya se fabrican localmente. Los productos de lujo pueden ser objeto de sanciones. La gama más alta sería la más protegida, ya que sus clientes pueden adquirir los productos más fácilmente cuando viajan o, francamente, ignorar los aranceles más altos y pagar un precio elevado", agrega el experto de Vontobel.

Y es que los lazos entre la UE y China, subraya Kranson, son más amplios de lo que a ambos les gusta reconocer. "La UE es uno de los principales socios comerciales de China, que siempre ha tenido un amplio y creciente superávit comercial con Europa. A China no le interesa que esto se convierta en una guerra comercial en toda regla, especialmente con una economía china débil", sentencia este analista.

¿CÓMO INVERTIR EN CHINA?

Por otra parte, las crecientes tensiones entre la Unión y China son un motivo de preocupación, pero también un factor más en un tema de debate constante desde entre los inversores: ¿cómo asignar las inversiones a China? ¿Es un mercado emergente (ME) o es un ente completamente independiente?

El mercado bursátil chino es uno de los mayores del mundo y ofrece un amplio y líquido conjunto de oportunidades. En términos de capitalización bursátil en dólares estadounidenses, Shanghái es la quinta bolsa más grande del mundo. Únicamente la Bolsa de Nueva York (NYSE, por sus siglas en inglés), Nasdaq, Euronext y la Bolsa de Japón se encuentran por delante. Además, el parqué de Shenzhen ocupa el séptimo lugar.

Tanto la Bolsa de Shanghái como la de Shenzhen albergan más de 2.000 empresas cotizadas. La bolsa china está dominada por los inversores nacionales, y los extranjeros poseen alrededor del 10% de las acciones cotizadas en el mercado bursátil y existe una amplia selección de valores disponibles en todo el espectro de capitalización en bolsa.

"Muchos inversores han reconsiderado su enfoque de la inversión en China. En parte, esto se debe a los decepcionantes resultados obtenidos recientemente, a los continuos titulares sobre las tensiones y las preocupaciones en torno a la desglobalización. También ha influido la inevitable ralentización del crecimiento económico chino a medida que el modelo basado en la inversión, que tanto éxito ha tenido en las dos últimas décadas, alcanza su límite natural", explica Kirsty McLaren, directora de inversiones de Schroders.

Y es que, a pesar de su reciente debilidad, China es, con diferencia, el que mayor peso tiene en los índices de referencia de los mercados emergentes. A finales de marzo de 2024, representaba alrededor del 25% del índice MSCI de mercados emergentes; los siguientes mercados en importancia eran India, con un 18%, Taiwán, con un 18%, y Corea del Sur, con un 13%. Además, los fondos que invierten únicamente en China se han hecho más populares entre los inversores, sobre todo en los últimos años, desde que el mercado nacional se hizo más fácilmente accesible a los extranjeros.

"Ambos enfoques presentan ventajas, en función de los objetivos y las limitaciones o preferencias del inversor. La cuestión fundamental es si el inversor desea mantener el control directo de su asignación a China. ¿Tiene una visión de inversión sólida sobre China? ¿Exigen otros factores un mayor control?", continúa McLaren.

Según la experta de Schroders, una única asignación a los mercados emergentes que incluya China, "minimiza los costes para el inversor en términos de búsqueda, supervisión y comisiones, en comparación con un enfoque de mercados emergentes sin China más la asignación de China por separado". Además, también unifica la gestión del riesgo en toda la renta variable de los mercados emergentes. "Sin embargo, para un inversor grande y sofisticado con amplios recursos, es poco probable que las diferencias de costes sean significativas", agrega.

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