La gestora de fondos de origen suizo Vontobel ha señalado que, tras la cumbre del clima de Dubái (COP28) que concluyó ayer pidiendo a los países un esfuerzo global para realizar el tránsito necesario con el objetivo de abandonar los combustibles fósiles, este camino "no parece una tarea fácil".
Pascal Dudle, Head of Listed Impact, Senior Portfolio Manager de la entidad ha señalado que el número de países y empresas que se han comprometido a alcanzar objetivos de cero emisiones netas de aquí a 2050 ha aumentado enormemente. Por tanto, podría concluirse que el asunto se está tomando muy en serio. Según el informe Net Zero Stocktake, 149 países se habían fijado un objetivo de cero emisiones netas en junio de 2023, cuando en diciembre de 2020 solo eran 124.
Sin embargo, "los plazos fijados por las empresas presentan diferencias importantes y la ejecución va rezagada", ya que "que muchas empresas todavía carecen de planes concretos para la aplicación de medidas encaminadas al cumplimiento de las promesas realizadas". Esta conclusión se desprende del informe de Bank of America (BofA) Global Research de 2022, en el que se destaca que solo el 11% de las empresas se había fijado el 2030 como meta lograr la neutralidad climática en 2030.
Si la comunidad internacional quiere abordar esta situación, "debe poner en marcha un plan urgente". El precio a pagar será muy alto y, en esta senda hacia las cero emisiones netas, "las empresas de inversión están llamadas a desempeñar un papel destacado como encargadas de la asignación de capital".
Dudle pone el foco en que los gobiernos no podrán asumir el coste total de esta transición por sí solos. Se requerirá la aportación de capital tanto público como privado, para lo cual las empresas de inversión están llamadas a desempeñar un papel destacado como encargadas del posicionamiento de capital.
Así, los retos del cambio climático, la transición del sector de la energía y la reducción de las emisiones de carbono son áreas esenciales para los inversores de impacto.
"El planteamiento general se centra en la reducción de emisiones a través de la electricidad, el hidrógeno y el calor generados a partir de recursos renovables, así como de tecnologías que hagan posible una red no solo más fiable, sino también más inteligente y ecológica. Las empresas en las que se invierta podrán beneficiarse de dichas inversiones en el sistema energético", asume.
En este contexto, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) prevé un aumento significativo de los fondos destinados a la inversión en desarrollo sostenible en todo el mundo, que alcanzan actualmente los 1,3 billones de dólares.
Así, quienes decidan optar por la inversión de impacto "se enfrentan a un reto considerable" a la hora de medir el impacto de sus inversiones. Para determinar qué inversión es la correcta, es fundamental analizar el impacto de sus productos y servicios en la reducción de las emisiones de carbono.
"Para poder avanzar realmente hacia un mundo con cero emisiones netas, debemos redoblar los esfuerzos que ya están en marcha. Los inversores de impacto profesionales e institucionales, dada su considerable capacidad de presión financiera, serán una pieza clave en el desarrollo de energías limpias, la transición de todo el sector hacia una reducción drástica de las emisiones de carbono y, con ello, la instauración de las bases para un futuro con bajos niveles de carbono mucho más beneficioso para todos los habitantes del planeta", concluye Dudle.
