'Sell in may and go away'. Este viejo dicho bursátil, que aconseja vender en mayo y olvidarse de la bolsa hasta final de año, en base a una pauta estacional, vuelve todos los años cuando se acerca esta época. Aunque cada año es diferente, y varios gestores de activos ofrecen su visión sobre si en 2023 hay que seguir esta indicación.
Maximilien Macmillan, director de Inversiones de abrdn, comenta que "la recomendación de vender en mayo y marcharse suena más cierta en 2023 de lo que lo ha sido en años".
En su opinión, los mercados están descontando un aterrizaje económico suave de las economías desarrolladas y que los beneficios empresariales tocarán suelo en el trimestre actual, pero esto no es correcto.
Porque, según su valoración, "es muy improbable que las economías de los mercados desarrollados se desinflen de forma ordenada y que las tasas de desempleo aumenten lo suficiente como para generar capacidad excedentaria sin que se produzca una discontinuidad en el ciclo económico".
Así, añade que "no podemos prever con exactitud qué se romperá y cuándo, pero la historia nos dice que deshacer agresivamente un estímulo excesivo en una fase tardía del ciclo económico es terreno abonado para la aparición de grietas, y muchos de nuestros indicadores están parpadeando en rojo".
Por ello, su previsión es que "se avecina una recesión en las economías desarrolladas", algo que "los mercados no están valorando", por lo que aconseja "renunciar al riesgo de la renta variable en favor de estrategias defensivas". Su conclusión es clara: "Venda en mayo, váyase, y compre de forma oportunista una vez que el sentimiento se haya deteriorado".
¿POR QUÉ VENDER EN MAYO?
No opina lo mismo Benjamin Melman, director de Inversiones en Edmond de Rothschild AM. "¿Por qué vender en mayo?", se pregunta de forma retórica. "Después de todo, acabamos de conocer un IPC estadounidense de abril bastante decente que muestra una caída de la inflación 'super subyacente' (excluyendo la vivienda y los notoriamente volátiles precios de los coches usados)", contesta.
"Si tenemos alguna confirmación de que la desinflación está en marcha, hay margen para un repunte de los principales activos, una recuperación después de 2022", añade.
"El posicionamiento del mercado sigue siendo muy cauto, lo que sugiere que el mercado no está preparado para buenas noticias. Sin duda, queremos seguir invertidos y con los ojos abiertos".
MERCADO DIFÍCIL DE INTERPRETAR
Por su parte, Salvatore Bruno, responsable de inversiones en Generali Investments, comenta que "este año, el periodo que comienza en mayo y abarca los meses de verano es bastante difícil de interpretar".
En su opinión, el mercado está descontando un aterrizaje suave, "pero hay varios riesgos", porque "las inflaciones principales se benefician actualmente de un fuerte efecto de base que se desvanecerá en junio", por lo que "las expectativas de recortes de tipos en la segunda mitad del año podrían resultar erróneas".
Además, señala que ya se está produciendo "un fuerte deterioro del entorno crediticio que pesará sobre la sostenibilidad del ciclo económico". Por otro lado, considera que "los márgenes de las empresas son muy elevados y están cerca de su máximo", lo que "no es sostenible en el futuro".
"En conclusión", indica este experto, "el efecto 'vender en mayo' podría producirse también en este año tan difícil, a la espera de una mayor claridad en cuanto a la evolución macroeconómica y de los precios".