Tres razones por las que Pimco ve "un panorama más débil" en lo que resta de año

La gestora subraya las incertidumbres generadas por los bancos centrales y la situación de China

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La resistencia mostrada por gran parte de las principales economías mundiales durante la primera mitad del año puede tener las horas contadas, ya que las previsiones para lo que resta de curso anticipan un contexto global menos favorable, a medida que crece la incertidumbre sobre una serie de factores, entre los que los analistas de Pimco seleccionan tres que advierten de la llegada de "un panorama más débil".

"Sin una política fiscal dispuesta a salvar el día, vemos un entorno de crecimiento más incierto con riesgos a la baja que se acumulan en el horizonte cíclico. Seguimos pensando que una recesión en EEUU y el aumento del desempleo acabarán por desencadenar un ciclo de normalización de las políticas de los bancos centrales, pero no antes de que los bancos centrales de los mercados desarrollados, incluida la Reserva Federal de EEUU, lleven a cabo algunas subidas más en los próximos meses", destaca Tiffany Wilding, economista en Pimco.

Además, la analista advierte de que "la resistencia de los mercados laborales y la caída de los precios de la energía en el primer semestre de 2023 parece que darán paso a un entorno de crecimiento más incierto a medida que se afiancen los efectos de una política monetaria más restrictiva y de las tensiones en el sector bancario".

"A diferencia de 2022, cuando la inflación era uniformemente rígida y sorprendía al alza, la inflación está empezando a divergir entre países y sectores. Y aunque algunos bancos centrales están observando un progreso inicial hacia una inflación más baja, los banqueros centrales en general siguen enfrentándose a un difícil acto de equilibrio", añade.

LOS BANCOS CENTRALES Y CHINA

Desde la firma aseguran que la aceleración del primer semestre se ha agotado en gran medida, y lo que queda por delante es "un entorno de crecimiento más incierto, con crecientes riesgos a la baja", una previsión que fundamentan en tres aspectos.

El primero de ellos es que "los bancos centrales de los mercados desarrollados parecen estar contrarrestando parte del impulso positivo del primer semestre subiendo los tipos de interés oficiales algo más de lo previsto".

"Creemos que la Reserva Federal volverá a subir los tipos de interés en julio y que es probable que lo haga a finales de año. A principios de junio, el Banco de la Reserva de Australia y el Banco de Canadá reiniciaron sus ciclos de subidas, argumentando que la inflación sigue siendo demasiado alta y la política no es lo suficientemente restrictiva. Hace unos días, la aceleración de la inflación en el Reino Unido llevó al Banco de Inglaterra a subir 50 puntos básicos y a señalar que se avecinan más subidas, a pesar de los indicios de ralentización del mercado laboral", asegura Wilding.

También destaca que "la rigidez de los mercados laborales y la aceleración de la inflación de los costes laborales unitarios en la zona euro plantean problemas al Banco Central Europeo, a pesar de la debilidad de la actividad manufacturera".

En segundo lugar, pone el foco en que las "subidas adicionales de los bancos centrales se producen en un contexto de condiciones financieras ya restrictivas, endurecimiento de las condiciones del crédito bancario y descenso de la demanda de préstamos", lo que "probablemente ralentizará la actividad económica y del mercado laboral".

Por último, la analista de Pimco destaca que "China tuvo un crecimiento muy fuerte en el primer trimestre, pero su impulso posterior a la apertura tras el Covid ya parece estar desapareciendo".

"La pérdida de impulso del crecimiento del consumo, en medio de un sector exportador ya debilitado y un mercado inmobiliario frágil, aboga por un mayor apoyo gubernamental. Sin embargo, cualquier relajación crediticia o fiscal a corto plazo en China será probablemente selectiva y modesta", asegura.

TENDENCIAS INFLACIONISTAS DIVERGENTES

Con todo, Wilding ve "probable que continúen las tendencias inflacionistas divergentes entre los subgrupos de productos dentro de los índices regionales de precios al consumo (IPC), lo que contrasta con 2022, cuando la inflación sorprendió implacablemente en una sola dirección en todos los productos y regiones".

"Salvo un nuevo aumento de las tensiones geopolíticas, es probable que la inflación general siga moderándose en todas las regiones a medida que la fuerte apreciación de los precios de la energía del año pasado desaparezca del cálculo interanual", agrega.

La analista también espera que la inflación de los bienes se modere "a medida que desaparezcan los cuellos de botella en la producción, aumente la oferta de bienes y se moderen los costes de los insumos", mientras que prevé que la inflación de los servicios y los salarios "se moderará más lentamente".

"Esto concuerda con nuestra opinión de que la inflación estadounidense pasaría del 9% al 4% con relativa rapidez, mientras que el retorno de la inflación al objetivo del 2% de la Reserva Federal requeriría más tiempo y un crecimiento más lento. Es probable que otros mercados desarrollados se enfrenten a retos similares a la hora de controlar la inflación", concluye.

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