
Con los inversores buscando refugio ante la incertidumbre global comercial y geopolítica, el oro ha renovado sus máximos históricos cotizando por encima de los 3.000 dólares por onza. ¿Tiene recorrido el metal precioso para seguir subiendo? Con este escenario, en Generali Investments ven tres posibles factores de apoyo y tres posibles riesgos.
Fue el pasado 14 de marzo cuando el oro rebasó por primera vez el umbral de los 3.000 dólares, adquiriendo una importancia creciente en las carteras de los inversores. Y, teniendo en cuenta que su papel como activo refugio ante la volatilidad del mercado parece más que asegurado, por el momento no hay visos de que este 'rally' en su cotización se vaya a frenar.
"No esperamos que esta tendencia se invierta en el año en curso, sino todo lo contrario. En el clima actual de mayor incertidumbre, creemos que el oro va a desempeñar un papel aún más importante en la protección de las inversiones y la estabilización de las carteras", asegura Diego Franzin, director de estrategias de cartera en Plenisfer Investments, parte de Generali Investments.
En su opinión, el metal precioso "seguirá viéndose respaldado por la incertidumbre que rodea a los acontecimientos geopolíticos, las tensiones comerciales y los desequilibrios fiscales, especialmente en EEUU, así como por la demanda de los bancos centrales".
Con este escenario, entre los posibles factores de apoyo, apunta, en primer lugar a India, país que ha decidido reducir los aranceles a la importación de oro y plata, revirtiendo una política vigente desde 2012, lo que "podría allanar el camino para un aumento de las compras de la India, el segundo mayor consumidor de oro del mundo".
En segundo lugar está China, que ha puesto en marcha un programa piloto que permite a los fondos de seguros invertir en oro, "lo que podría generar una demanda de aproximadamente 300 toneladas, equivalente al 6,5% del mercado físico anual".
Además, los activos de ETF de oro gestionados en China han pasado de unas 50 toneladas en 2022 a 120 toneladas a finales de 2024. El Banco Popular de China también compró 10 toneladas de oro en diciembre de 2024, tras una compra de 5 toneladas en noviembre, según datos de Bloomberg. "El aumento de las tensiones entre EEUU y China podría alentar aún más estas compras", indica.
En tercer lugar señala a EEUU, sus amenazas y sus acciones. Aquí, si EEUU cumple sus amenazas de imponer aranceles al oro y la plata "se amplificaría aún más la actual compresión de posiciones cortas". Además, cualquier nueva amenaza de sanciones financieras por parte de EEUU "podría empujar a los países a buscar alternativas al dólar estadounidense, siendo a menudo el oro la primera opción", dice.
Por su parte, también ve que existen riesgos potenciales para el repunte del oro. El primero de ellos serían los bonos del Tesoro de EEUU que, tras cuatro años consecutivos de pérdidas, muchos inversores han pasado de los bonos del Tesoro al oro. "Un recorte significativo del gasto de EEUU, que lleve a una emisión de deuda más estricta, podría reducir la oferta de bonos del Tesoro, apoyando su valor y atrayendo de nuevo a los inversores hacia esta clase de activos a expensas del oro", expresa.
A esto se unen China y Rusia. En cuanto al primer país, comenta que si el mercado bursátil chino experimenta una recuperación estructural, el capital local podría alejarse del oro y volver a la renta variable nacional. Mientras, para el segundo país, afirma que un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania que incluya la devolución de los activos rusos confiscados podría frenar el impulso del oro, ya que el reciente repunte del oro coincidió con estas confiscaciones de activos.