Después de la tormenta llega la calma. Y tras el 'Lunes Negro' que vivieron los mercados mundiales, las aguas vuelven poco a poco a su cauce en la renta variable. Con todo, después de la venta masiva de acciones, la volatilidad se ha instalado en las bolsas. ¿Cuáles son las implicaciones para los inversores?
Es la pregunta que se hacen los estrategas de Schroders y para la que tienen una respuesta clara. "Los mercados de renta variable eran vulnerables a una corrección, pero los fundamentales de las empresas son decentes y el aumento de la volatilidad es una oportunidad para reposicionarse cuando se producen dislocaciones", afirma Simon Webber, responsable de renta variable mundial de la gestora.
Y es que defiende que su escenario central sigue siendo un aterrizaje suave de la economía, y que los mercados de renta variable se mantengan bien respaldados a medio plazo por un crecimiento modesto de los beneficios empresariales.
"Hemos venido anticipando un aumento de la volatilidad del mercado de renta variable, dada la desconexión entre las boyantes expectativas de consenso, unos datos económicos dispares y una aparente valoración errónea del riesgo. En consecuencia, seguimos intencionadamente bien diversificados, con una exposición equilibrada a los segmentos cíclicos y defensivos del mercado", agrega.
En este sentido, Webber recuerda que las caídas bruscas no son inusuales en los mercados de renta variable y que la venta de acciones de los últimos días ha castigado al consenso y las operaciones masificadas.
"Sin embargo, esto debe verse en el contexto de unos mercados de renta variable excepcionalmente fuertes desde octubre de 2023 (a mediados de julio, el índice MSCI All-Country World había subido alrededor del 32% desde sus mínimos de octubre) y una corrección es perfectamente saludable y normal", dice el experto.
Varios factores han confluido para hacer bajar los mercados bursátiles. Entre ellos, los datos económicos más débiles de EEUU, que hacen temer una recesión y la expectativa de una rápida bajada de tipos de la Reserva Federal (Fed); una subida sorpresa de los tipos de interés por parte del Banco de Japón; y cierta inquietud acerca de los beneficios empresariales.
Japón se ha llevado la peor parte de la presión por vender en las últimas jornadas, pero la decisión del Banco de Japón no es una mala noticia para la renta variable.
"Se espera que la reversión de la debilidad del yen, unida al crecimiento de los salarios, apoye el consumo en el futuro. Basándonos en estas tendencias económicas, mantenemos una perspectiva positiva sobre la fortaleza de los beneficios de las empresas japonesas en su conjunto", señala Taku Arai, subdirector de renta variable japonesa de Schroders.
Los inversores de otros países se plantean si esto podría traducirse en un mejor desempeño relativo de los mercados regionales que han obtenido peores resultados.
"Nos preguntamos si la corrección observada en los últimos días es el comienzo de algo más sustancial, y si se trata de una nueva fase de tecnología y crecimiento que lleve a los mercados estadounidenses a la baja. De ser así, observamos que el Reino Unido obtuvo buenos resultados durante los seis o siete años que siguieron al máximo de las TMT (tecnología, medios de comunicación y telecomunicaciones) en 1999. Mientras tanto, desde el punto de vista de los fundamentales, el Reino Unido está mostrando una buena resistencia frente a un panorama global mucho más heterogéneo", valora Nick Kissack, gestor de fondos de renta variable europea y británica de la firma.
EEUU, JAPÓN Y BENEFICIOS EMPRESARIALES: ¿HAY QUE PREOCUPARSE?
La debilidad del mercado laboral estadounidense y el aumento de la tasa de desempleo ha llevado a los inversores a preocuparse por si la Fed ha esperado demasiado para bajar los tipos de interés, y si su inacción corre el riesgo de provocar una recesión.
"El aumento de la tasa de desempleo ha activado la 'regla de Sahm', que señala el inicio de una recesión cuando la media trimestralde la tasa de desempleo aumenta en 0,5 puntos porcentuales (o más) sobre el nivel más bajo registrado enlos 12 meses anteriores. Esta regla ha sido un indicador fiable de recesión en el pasado, pero también ha dado algunos falsos positivos", explica George Brown, economista sénior de EEUU de Schroders.
Para el analista, el banco central estadounidense podría recortar 50 puntos básicos en septiembre para recuperar el tiempo perdido. Pero el mercado está valorando ahora cinco recortes en 2024, "lo cual es una reacción exagerada". "No creemos que la reciente debilidad de los datos estadounidenses justifique una venta masiva como la que hemos visto en los últimos días".
Esta debilidad de los datos estadounidense unida a la subida de tipos del Banco de Japón provocó un fuerte fortalecimiento del yen japonés y, a su vez, desató una mayor volatilidad en los mercados.
"Las operaciones de carry trade en yenes japoneses (en las que los inversores piden prestado en yenes e invierten en activos extranjeros de mayor rendimiento) se están deshaciendo rápidamente, provocando una gran volatilidad y una rápida apreciación del yen. El yen estaba muy infravalorado. Es difícil decir todavía que los mercados hayan reaccionado de forma exagerada o que se haya deshecho todo el posicionamiento", comenta Webber.
Estos bruscos movimientos del yen han causado turbulencias en los mercados, pero, como siempre, hay ganadores y perdedores de cualquier cambio de tendencia.
"Creemos que estas tendencias del mercado respaldarán nuestra opinión alcista sobre los valores japoneses de pequeña capitalización, dado su enfoque más doméstico. El sector financiero es otro de los beneficiados. Sin embargo, es probable que los exportadores japoneses sufran un impacto negativo", añade Arai.
Las fuertes ventas también han coincidido con la temporada de resultados del segundo trimestre, pero no han dado motivos de alarma.
"Los recientes movimientos del mercado representan en gran medida una rebaja de la calificación de la renta variable para reflejar unas perspectivas más inciertas de la economía estadounidense, lo que ha reducido las valoraciones de las acciones estadounidense desde los elevados niveles que venimos señalando desde hace algún tiempo", asevera Webber.
De hecho, con la temporada de resultados del S&P 500 estadounidense completada en torno al 75%, ha habido más resultados positivos que negativos.
"El crecimiento de los beneficios empresariales ha sido bueno, del 14%, por encima de lo que el consenso esperaba al inicio de esta temporada. Parece que al mercado le ha decepcionado que la magnitud de las sorpresas positivas de beneficios haya sido más moderada en comparación con trimestres anteriores. Para los inversores, la capacidad de estas empresas tecnológicas para rentabilizar su gasto en IA seguirá siendo un tema importante en los próximos trimestres", concluye Tina Fong, estratega de Schroders.