¿Qué ocurriría si la Reserva Federal no bajase los tipos de interés este año?

En Capital Group ven "muchas posibilidades" de que no se produzcan recortes en 2024

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El presente año estaba marcado a fuego meses atrás en la agenda de los inversores de todo del mundo como el curso de los recortes de tipos de interés, una posibilidad que llegó a abrazar la propia Reserva Federal de EEUU en sus proyecciones económicas, en las que se anticipan tres bajadas de tasas antes del 31 de diciembre, aunque los malos datos en materia de inflación del primer trimestre en el país han hecho que se cuestionen estas previsiones, hasta el punto que ya hay quien se pregunta qué ocurriría si finalmente la Fed no baja tipos en 2024.

Darrell Spence, economista de Capital Group, ve "muchas posibilidades de que no se produzcan recortes de tipos este año", aunque considera que "los mercados no tendrán problemas si no se producen".

"Para algunos inversores que han esperado con impaciencia un recorte de tipos, esto puede sonar parecido a la cancelación de las Navidades. Sin embargo, si la Reserva Federal decide mantenerse firme, no tiene por qué ser necesariamente negativo, en función de los motivos", detalla.

En primer lugar, Spence asegura que unos tipos de interés sin cambios este año en EEUU pueden no ser negativos para los mercados debido a "la resistencia de la economía estadounidense frente a unos tipos de interés mucho más altos", lo que a su juicio "ha sido una de las mayores sorpresas de los dos últimos años".

"La economía estadounidense sigue creciendo a buen ritmo a pesar de la drástica subida de los tipos hasta su actual horquilla del 5,25% al 5,50%. Es el nivel más alto en 23 años. Y sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) predice ahora que la economía estadounidense crecerá este año a un ritmo más de dos veces superior al de otros grandes países desarrollados. La institución ha elevado su previsión de crecimiento hasta el 2,7% anualizado, frente al 0,8% de Europa y el 0,9% de Japón", destaca.

Además, asegura que "la economía estadounidense podría crecer a un ritmo superior al previsto por el FMI, alcanzando potencialmente el 3,0%, a medida que los consumidores estadounidenses sigan gastando, el mercado laboral se mantenga tenso y los fabricantes inviertan en cadenas de suministro recién diversificadas en la era pospandémica".

"Este tipo de crecimiento sólido no suele asociarse a bajadas de tipos. De hecho, la economía estadounidense parece haberse adaptado bastante bien a un entorno de tipos de interés más altos. Incluso con los tipos hipotecarios en torno al 7,1% (a fecha de 18 de abril), las ventas totales de viviendas y los precios de la vivienda han aumentado a principios de 2024", explica.

LA DESINFLACIÓN SE ESTANCA

Otro de los motivos que esgrime el analista es que "los avances en materia de inflación se estancan", a pesar de que en el último año "la batalla de la Fed contra la inflación ha ido bien".

"Los precios al consumo han bajado desde los máximos de junio de 2022, pero siguen muy por encima del objetivo del 2% de la Fed. Recorrer ese último tramo -del 3,0% al 2,0%- podría ser la parte más dura del camino", señala.

De esta manera, valora que si la Fed finalmente opta por mantener los tipos sin cambios durante todo el año "probablemente será porque la inflación no está cayendo tan rápidamente como anticipaba el banco central", lo que, según su criterio, representa "un escenario probable".

"Gran parte del reciente descenso de la inflación se ha producido en el sector de los bienes de consumo, donde los precios han caído al ritmo más rápido en casi 20 años. No creo que esto sea sostenible, sobre todo teniendo en cuenta que el dólar estadounidense ya no se fortalece al ritmo del año pasado", manifiesta.

En este contexto, asegura que algunas partes pueden tener la tentación de pensar que "una inflación comprendida entre el 2,5% y el 3,0% es suficiente", aunque recuerda que "la Reserva Federal ha insistido repetidamente en la importancia de ese objetivo del 2,0%".

"En la época anterior a la pandemia, cuando el problema eran las presiones desinflacionistas, la Fed consideraba que unas tasas de inflación del 1,5% o el 1,6% eran demasiado bajas. Por ello, probablemente deberíamos asumir que un nivel de inflación de 40 ó 50 puntos básicos por encima del objetivo es, por tanto, demasiado alto hoy en día", asevera.

"LOS MERCADOS ESTÁN SATISFECHOS"

Por último, Spence asegura que "los mercados financieros están satisfechos con la situación actual", y argumenta que "las bolsas estadounidenses e internacionales alcanzaron una serie de máximos históricos en el primer trimestre de 2024".

"El mes de abril se ha caracterizado por un menor entusiasmo, debido en gran medida a las preocupaciones por la inflación y al aumento de las tensiones en Oriente Medio. Pero aun así, está claro que la renta variable en su conjunto ha sido capaz de superar el temor a que unos tipos de interés más altos acabaran con el mercado alcista iniciado a principios del año pasado. Mientras la renta fija, más sensible a los tipos de interés, ha registrado rendimientos más débiles este año a medida que las expectativas de tipos han cambiado", apunta.

En este sentido, destaca que "los mercados tienden a ajustarse al entorno de tipos de interés imperante", por lo que, siempre que se alcanza "un nuevo nivel de estabilidad", los mercados "a menudo han sido capaces de reanudar su trayectoria de crecimiento a largo plazo, influidos más por los beneficios empresariales y el crecimiento económico que por la política monetaria".

"Creo que los responsables de la Fed quieren bajar los tipos. Han dejado claro que creen que la política actual es restrictiva y, por tanto, es una conclusión razonable que se inclinen por bajar los tipos. Como inversores, sin embargo, creo que debemos cuestionar esa suposición. Tenemos que considerar la posibilidad de que, a la luz del reciente crecimiento saludable, tal vez la política de la Fed no sea restrictiva. Tal vez por eso no hemos tenido una recesión. Y tal vez por eso no tendremos una bajada de tipos en 2024", declara.

Así, ante esta situación, "la historia sugiere que podría ser un momento excelente para invertir tanto en renta variable como en renta fija orientada al crédito para los inversores dispuestos a adoptar una perspectiva a largo plazo".

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