Los mercados desarrollados afrontan el último trimestre del año entre temores de recesión y con el foco en el endurecimiento monetario de los bancos centrales, ante la expectativa de que el ciclo de ajuste pueda haber llegado a su fin. En este contexto, los inversores se preguntan cómo se desarrollarán estos meses finales, un periodo para el que los estrategas de Lazard Asset Management tendrá un punto en común: la inflación.
"A excepción de Japón, todas las grandes economías han inclinado la curva de la inflación a la baja a lo largo del año pasado mediante la política monetaria y otras medidas. Espero que la desinflación continúe en términos básicos (sin alimentos ni energía) hasta finales de año, pero el ritmo será un factor determinante de la política monetaria", comenta Ronald Temple, estratega jefe de mercado de la gestora.
En EEUU, el Índice de Precios al Consumo (IPC) seguirá marcando la hoja de ruta de la Reserva Federal (Fed). No obstante, el experto se muestra más optimista con el ritmo de desinflación del país americano que con el de otros países desarrollados.
En este sentido, estima que el IPC subyacente se situará a finales de año entre el 2,5% y el 3%, gracias a la caída de la inflación de la vivienda y al descenso de los precios de los bienes básicos.
"Si la inflación se mantiene por debajo del 3% hasta finales de año y parece encaminarse al 2% en 2024, el lenguaje de la Fed podría cambiar hacia una evaluación más equilibrada de los riesgos al alza y a la baja de los tipos, y le seguirán debates sobre las circunstancias que podrían llevar a una relajación de la política monetaria", afirma Temple.
Por ello, cree que el ciclo de subidas de tipos en EEUU ha terminado y sostiene que, incluso si no es así, parece poco probable que la Fed eleve los tipos más de 25 puntos básicos adicionales.
En cuanto al empleo, desde Lazard AM prevén una desaceleración continuada, "pero a partir de niveles excepcionalmente fuertes".
Por otro lado, y a pesar de que el Congreso de EEUU dio luz verde 'in extremis' a continuar financiando las operaciones gubernamentales durante 45 días, "dado el vacío de liderazgo desde que Kevin McCarthy fue destronado de su cargo de presidente de la Cámara de Representantes, es difícil calibrar las probabilidades de un cierre en noviembre", añade Temple.
En China, el mayor desafío económico es el sector inmobiliario, que ha visto caídas de los precios de la vivienda en el mercado secundario de entre el 15% y el 30%.
"No creo que China pueda resolver sus problemas inmobiliarios en un trimestre, pero espero ver señales positivas derivadas de la serie de medidas políticas introducidas en los últimos meses, que van desde la reducción de los requisitos de pago inicial hasta la bajada de los tipos hipotecarios. También espero ver un repunte de las transacciones inmobiliarias en el cuarto trimestre", asegura el analista de Lazard AM.
Con todo, ve que el sentimiento de China a corto plazo es demasiado negativo.
"Es cierto que el Gobierno chino no ha presentado un paquete de estímulo económico estilo bazuca para impulsar el crecimiento, pero sí ha presentado docenas de medidas que deben mejorar la actividad. En los dos últimos meses, los indicadores económicos han comenzado a repuntar, lo que sugiere que podría haber un alivio a corto plazo", argumenta Temple.
Respecto a las tensiones geopolíticas con EEUU, el estratega confía en que las relaciones entre las dos principales economías del mundo sigan esforzándose para aliviar la rigidez existente, aunque anticipa restricciones adicionales de EEUU a la inversión en China, incluido el ámbito biotecnológico.
En la eurozona, el riesgo de recesión sigue latente para la gestora. "Aunque no es mi escenario base, es posible que el cuarto trimestre sea el inicio de una recesión, dada la debilidad que hemos observado en las series de PMI fabricantes y de servicios", subraya Temple.
Las previsiones apuntan a un crecimiento del PIB real de la zona euro de sólo el 0,1% en el tercer y cuarto trimestres de este año, "lo que sitúa a la región a tiro de piedra de la recesión", matiza.
El estratega jefe de mercados de Lazard también reconoce que la zona euro entra en el invierno con elevadas cantidades de energía almacenada, pero advierte que un invierno más frío de lo esperado podría hacer subir los precios en un contexto de mayor competencia por la energía este año, debido a que China está totalmente reabierta.
Con relación a la política monetaria, al igual que en EEUU, considera que el ciclo de subidas de tipos del Banco Central Europeo (BCE) ha terminado ante el riesgo de desaceleración económica.
"El impacto más directo de la subida de los tipos, combinado con un impacto mucho más significativo en el consumo derivado de la subida de los precios de la energía (en comparación con EEUU), significa que el BCE probablemente pueda detener el ciclo alcista de los tipos tras subirlos 450 puntos básicos hasta la fecha", defiende el experto.
En Japón, hasta el momento, el banco central del país se ha mostrado reacio a declarar que la inflación ha vuelto a un nivel sostenido del 2%, lo que llevaría al primer ministro Fumio Kishida a priorizar la aprobación de un paquete de estímulo económico que celebrar elecciones anticipadas, tal y como se ha especulado.
Para Temple, el Banco de Japón (BoJ) probablemente finalizará el Control de la Curva de Rendimiento en los próximos meses, pero la pregunta más importante es cuándo terminará con los tipos de interés negativos.
"Parece que el fin de año es un posible plazo para anunciar un cambio en la política monetaria, pero creo que el BoJ esperará hasta 2024 para tomar cualquier decisión sobre este tema", asevera.
En Reino Unido, el problema de la inflación es el "más pernicioso" entre las grandes economías y desarrolladas, con una inflación en los servicios particularmente preocupante.
"La caída (o, en el peor de los casos, la estabilidad) de los precios de la energía deben reducir materialmente la inflación general para finales de año, pero el Banco de Inglaterra (BoE) tendrá que ver una disminución más amplia de las presiones para justificar el fin de su ciclo de aumento de tasas", dice el analista de Lazard AM.
Los mercados no prevén recortes de tipos hasta el cuarto trimestre de 2024, lo que implica una perspectiva de crecimiento letárgica. Se estima que el PIB real en Reino Unido se mantenga estable en el cuarto trimestre de 2023 y en el primero de 2024.
"Es evidente que la economía está al borde de una recesión técnica, pero es probable que dicha desaceleración sea relativamente superficial. Dicho esto, las perspectivas de crecimiento se encuentran entre las más débiles de las economías desarrolladas hasta 2024", concluye Temple.