Wall Street ha recibido como una auténtica bendición la aplastante victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Los nuevos máximos históricos marcados por los índices estadounidenses han hecho que todos los inversores vuelvan a centrar su foco en la bolsa americana. Esto es lo que aconsejan comprar varias importantes gestoras de activos.
Brian O'Reilly, director de Estrategia de Mediolanum International Funds, afirma que, "a corto plazo, los mercados de renta variable de EEUU, y en particular las acciones 'value' (de valor) y las de 'small y mid-caps' (pequeñas y medianas acciones), recibirán un impulso con la victoria de Trump".
Su previsión es "una rotación en el mercado, con un repunte del valor (empresas relacionadas con las materias primas, petroleras, bancos) y de los valores 'small-cap' (Russell 2000), ya que es probable que la política de Trump sea más favorable a las fuentes de energía tradicionales de carbono y a las empresas más pequeñas".
Por su parte, William Davies, jefe de Inversión en Columbia Threadneedle Investments, espera que "las finanzas lo hagan bien a corto plazo, dado el sesgo desregulador del presidente Trump, y las industrias extractivas, en particular el petróleo y el gas, también pueden beneficiarse de la agenda política".
En la misma línea, señala que "las 'small caps' estadounidenses también podrían hacerlo bien, al menos en el periodo inmediatamente posterior, dado que se percibe que se benefician de políticas más proteccionistas, al estar mucho más sesgadas hacia el mercado nacional y las cadenas de suministro locales, menos influidas por la retórica y la realidad arancelarias".
Samy Chaar, economista Jefe y director de Inversiones de Lombard Odier, y Luca Bindelli, jefe de Estrategia de Inversión, prevén que "los activos financieros de EEUU, especialmente las acciones y el dólar, se vean favorecidos ante la expectativa de que la administración Trump reduzca impuestos y relaje la regulación corporativa, aunque parte de este optimismo ya estaba descontado antes de las elecciones".
Además, comentan que "las acciones de pequeña capitalización y de 'growth' (crecimiento) deberían repuntar gracias a un apetito de riesgo robusto".
Desde la gestora Federated Hermes, señalan que "la agenda de crecimiento de Trump -bajada de impuestos, desregulación, aumento de la inversión entrante en EE UU a través de negociaciones arancelarias- es un viento a favor de la vieja economía ('Value' y 'Small Cap') y apoya a las otras fuerzas que ya favorecen a estos sectores del mercado".
Stefan Eppenberger, estratega jefe de inversiones de Vontobel, espera que la presidencia de Trump "estimulará el crecimiento mediante una política fiscal expansiva y la desregulación, lo que puede favorecer a las bolsas frente a los bonos. Sin embargo, un crecimiento excesivo conlleva riesgos, pudiendo conducir a tipos de interés más altos, lo que podría acabar pesando tanto en la economía como en los mercados bursátiles. Por sectores, los valores energéticos y financieros podrían beneficiarse de una menor regulación".
Stephen Dover, estratega de Franklin Templeton, afirma que "los mayores beneficiados serán los sectores e industrias que acojan un entorno normativo más favorable a los negocios, incluidas las empresas energéticas de combustibles fósiles, los servicios financieros y las empresas de menor capitalización. El temor a que se limiten los precios de los medicamentos recetados disminuirá, lo que estimulará la prosperidad del sector farmacéutico".
Thomas Hempell, experto de Generali AM, parte de Generali Investments, considera que "la cesta de Trump está sesgada hacia valores cíclicos estadounidenses como la energía, las finanzas y la industria nacional, además de las pequeñas capitalizaciones, que tienden a obtener mejores resultados durante las presidencias republicanas. Los bancos, la industria, el transporte y la energía estadounidenses deberían beneficiarse de la desregulación. En cambio, la tecnología y las comunicaciones estadounidenses están expuestas a aranceles comerciales y tipos más altos".
En su opinión, "las perspectivas a corto plazo son alcistas, aunque la elevada valoración de EEUU y el aumento de los rendimientos reales podrían frenar el repunte".
Ignacio Dolz de Espejo, director de Soluciones de Inversión y Producto de Mutuactivos, destaca que las políticas de Trump probablemente impliquen más crecimiento para EEUU y menos para el resto del mundo. "También pueden provocar, en EEUU, más inflación y que los tipos bajen menos y más despacio de lo que se preveía hasta ahora. La teoría dice que la deuda pública de EEUU, los emergentes y las renovables sufrirán. Pero la realidad suele distar de la teoría".
"Mantenemos la neutralidad en renta variable, con la ligera sobreponderación en EEUU frente a Europa (que ya teníamos). Mantenemos el peso neutral en bolsa emergente (que es aproximadamente el 10% del peso total en renta variable)", añade.
También señala que "seguimos teniendo las apuestas por 'small caps' en EEUU y bolsa de Reino Unido. Ambas se deberían beneficiar del 'entorno Trump'".
Por último, el equipo de estrategia de Banca March afirma que, "en el corto plazo, los inminentes ganadores de estas elecciones serán la renta variable americana (tecnología, financieros, defensa y empresas con sesgo doméstico, como mediana y pequeña capitalización) y el dólar".