El conflicto bélico en Ucrania ha provocado que las perspectivas económicas y financieras se deterioren, llegando al punto de que algunos analistas anticipan ya un escenario de estanflación o de recesión temporal durante 2022. En este sentido, el mercado europeo corre más riesgos que EEUU, debido a la cercanía del conflicto y la dependencia de Rusia para la energía y de Ucrania respecto a otras materias primas.
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“Las correcciones actuales del mercado incorporan la mayor parte de las malas noticias, pero es posible que se produzcan nuevos retrocesos, aunque limitados, a menos que una nueva escalada de la crisis ponga en peligro la economía mundial”, sostienen en Amundi. En el último informe, estos analistas defienden que “mantenemos una postura cauta sobre la renta variable, pero estamos preparados para añadir riesgo, ya que una mejora de la crisis podría desencadenar un rally que alivie la situación, en particular en los mercados europeos”.
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¿Rebote del gato muerto?: "El mercado subestima la guerra, sean más defensivos"Estas declaraciones se producen a la vez que reconocen que la segunda semana de la guerra en Ucrania estuvo marcada por la mayor volatilidad de los mercados: las acciones bajaron, la alta demanda de valores refugio provocó que los bonos del Tesoro americano a 10 años cayeran hasta el 1,7% de rentabilidad, mientras que el oro superó brevemente los 2.000 dólares. A la vez, materias primas como el petróleo, que llegó a cotizar en 130 dólares el barril, y el gas, con un aumento del 200% en su precio, siguen disparadas.
Todo esto a la vez que han rebajado las previsiones de crecimiento mundial, ya que la economía se verá afectada por el aumento de los precios de la energía y los alimentos, tanto por el lado de la demanda como de la producción. Por ello, estiman que los precios subirán en un rango de entre el 4,5%-5,8% para la eurozona, y del 5,7%-6% para EEUU.
“Además, la banda más baja de nuestra previsión de crecimiento en la UE es coherente con un escenario de estanflación, o incluso de recesión temporal. Sin embargo, hay muchas divergencias entre los países, dependiendo tanto de su nivel de independencia energética y su vulnerabilidad a los efectos de las sanciones”, argumentan.
En este contexto, Amundi espera que China pueda tirar de la economía mundial. “El país se ha embarcado en un nuevo ciclo de flexibilización para 2022, en contraste con otras economías que han comenzado a endurecer su política monetaria”, explican. El objetivo de las autoridades es que el PIB se incremente un 5,5% este año.
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"Los escenarios más preocupantes implican una guerra prolongada"El deterioro de las perspectivas macroeconómicas es lo que está llevando a estos analistas a mantenerse cautelosos con la renta variable, especialmente en Europa. Las ventas de enero desde los máximos alcanzados a principios del mes fueron impulsadas por la evolución de los precios y los ajustes de la política monetaria, con las acciones inflacionistas comportándose bien en términos relativos. Por lo tanto, la primera parte no fue una conmoción por Ucrania, sino una normalización esperada.
Sin embargo, en febrero y marzo el conflicto empezó a afectar a la zona euro, con el sentimiento de las nuevas perspectivas económicas empezando a calar. “Las reducciones totales actuales (-12% en EEUU, -17% en la zona euro, a 10 de marzo) son consistentes con una importante corrección de las primas de riesgo”.
Para el conjunto del mundo, Amundi espera que la economía avance entre un 3,3% y un 3,7%. Según indican, un crecimiento superior al 3% se suele relacionar con un crecimiento de los beneficios, por lo que la recesión de los mismos es poco probable. Para EEUU, estiman que las ganancias se situarán en una evolución de entre un 0% y un +8%, mientras que en Europa oscilará entre el -5% y el +5%.
“Un escenario más adverso de una profunda recesión de beneficios ligada a una recesión económica, como la crisis financiera, es un evento de baja probabilidad, en nuestra opinión, aunque no imposible si la guerra en Ucrania se convierta en una grave crisis energética mundial”, exponen.
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Recesión global, shock energético... ¿provocará la guerra un mercado bajista como en 1973?En este caso, los mercados bajistas estarían más cercanos. “Entramos en la crisis con una apuesta por el ‘value’ que sigue siendo válida mientras haya potencial de crecimiento (sin recesión), con una inflación y unos tipos con tendencia al alza”, indican. Se han inclinado por estas acciones por la fuerte rotación de enero. “Recientemente hemos añadido algunas posiciones defensivas y seguimos centrándonos en el tema de la inflación en nuestro enfoque de selección como una forma de navegar por la crisis”, explican.
Fijándose en Europa, sostienen que las malas noticias ya se han cobrado, puesto que la ratio precios/ganancias a 12 meses está cerca de su nivel más bajo en 20 años para el MSCI Europe frente al S&P 500.
“Por ahora, Europa es una región beta, con una gran proximidad a la escalada, y la concienciación es clave. Pero si la guerra no se prolonga lo suficiente como para asfixiar el crecimiento económico en Europa hasta el punto de la recesión, hay espacio para buscar oportunidades de compra”, concluyen.