Por si los problemas a los que se enfrenta actualmente el mundo fueran pocos, se ha desencadenado una nueva guerra en Israel que, como bien dice François Rimeu, estratega senior de La Française AM, "surge en un mundo ya plagado de desequilibrios".
Actualmente hay desequilibrios climáticos, migratorios, diplomáticos entre China y Estados Unidos, vinculados al conflicto entre Rusia y Ucrania... "Todos ellos favorecen la volatilidad en los mercados financieros en los próximos meses", afirma Rimeu.
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El impacto inmediato y potencial de la nueva guerra palestino-israelí en los mercadosSobre el impacto de la guerra palestino-israelí en el petróleo, el conflicto no debería repercutir directamente en la producción de petróleo, pero podría tener un impacto indirecto, afirma el gestor.
Una de estos impactos está vinculado con la normalización de las relaciones entre EEUU y Arabia Saudí. La guerra hace que se aleje esta posibilidad, de ahí que se diga que Irán está detrás del ataque de Hamás, ya que Irán es el principal opositor de Arabia Saudí en la zona y el principal interesado en que no estreche lazos con EEUU.
"EEUU lleva meses trabajando (en un acercamiento con Arabia Saudí), lo que podría haber provocado un aumento de la producción de petróleo por parte de Arabia Saudí a principios de año. Es poco factible que esto ocurra ahora", explica François Rimeu.
Por otro lado, también relacionado con el crudo, EEUU ha recudido el nivel de sanciones aplicadas a Irán durante el último año, lo que ha provocado un aumento de producción de petróleo iraní. Este incremento se estima en 700.000 barriles al día. "Dados los vínculos entre Irán y Hamás, es posible que se reanuden las sanciones estadounidenses, lo que provocaría un descenso de las exportaciones de petróleo de Teherán", dice este experto.
Otra derivada de la nueva guerra tiene que ver con el hecho de que haya otra guerra en curso, la de Rusia y Ucrania. Indica el gestor de La Française AM que las discusiones entre republicanos y demócratas estadounidenses sobre el apoyo a Ucrania han sido difíciles en los últimos meses, y considera probable que se compliquen aún más si el Gobierno estadounidense tiene que 'arbitrar' entre el apoyo a Israel y a Ucrania.
"Afortunadamente, aún no hemos llegado a este nivel de escalada, pero siempre vale la pena recordar que una guerra es, por su propia naturaleza, inflacionista, y la mayoría de las veces se traduce en un aumento de los precios de las materias primas. Así pues, los acontecimientos del fin de semana podrían dificultar aún más la misión de los bancos centrales", concluye François Rimeu